Como sucede en forma habitual, un privado compró un terreno en la costa del río Paraná y ahora quiere ocupar (y cerrar) el espacio público que utilizan los pescadores de Puerto Viejo.
Los Vargas, una familia de pescadores que hace 35 años trabajan en la zona, están desesperados. Ricardo, uno de los hijos de Vargas, aseguró a UNO: "Mi viejo vive por y para la pesca. Si lo sacan del río se muere".
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Hace 35 años que Vargas recorre el mismo camino desde el Pancho Ramírez hasta Puerto Viejo. Se sube a la canoa y sale a pescar.
Al volver vende los pescados frescos en la costa y lo que queda se los lleva a casa para que su compañera prepare una de las empanadas de pescados más ricas de Paraná.
Hoy se reunieron cerca de 40 personas, entre pescadores y vecinos, para analizar las medidas que tomarán.
Lo último que quieren es tener que cortar avenida Estrada pero se están quedando sin alternativas.
El lugar en donde amarran las canoas es el único espacio público que queda en la zona. La costa de Paraná está privatizada desde hace tiempo pero en los últimos años se profundizó con un avance descontrolado.
Las familias de pescadores y los vecinos quieren defender el espacio público que se encuentra en calle Leopoldo Díaz al final y además levantar un polo gastronómico popular como hicieron en Puerto Sánchez y Bajada Grande.
Tienen proyectado colocar carteles en Estrada para lograr que locales y turistas puedan degustar pescados fritos y a la parrilla, empanadas y milanesas a la vera del Paraná.
La idea está buenísima pero el inversor que compró le respondió que es dueño hasta " cerca de 15 metros del agua" y además se presentó como un hombre de pocas palabras.
En definitiva, si el Estado no interviene, la ciudad perderá en forma automática otra bajada al río y las familias de pescadores sus fuentes de trabajo.