"Yo, ya está" dijo en La Plata Cristina Kirchner a su regreso de Cuba. Quiso enfatizar así que su desprendimiento político al eludir la candidatura presidencial ya la ha ubicado más allá del bien y del mal.

La frase es realmente una estupenda síntesis de estos tiempos electorales y marketineros, donde una cosa quiere decir en realidad otra cosa.

Con esas tres palabras la candidata a una supuestamente gris vicepresidencia busca sugerirnos que ella será como un faro intelectual del real presidenciable, Alberto Fernández, su delfín.

La dos veces ex mandataria nos quiere hacer comprender que la crisis actual la ratifica como una estadista, alguien que quiere dejarle al país una hoja de ruta para salir del caos.

Esto es, un  plan para que los argentinos sepan por dónde hay que ingresar a los caminos de grandeza que no están, claro, en el liberalismo de "un mal ser humano" como Macri.

Así lo ha ratificado ante militantes en una universidad amiga, la de La Plata, en cuya Facultad de Periodismo, la misma que premió a líderes del chavismo, fue a presentar su best seller Sinceramente.

La veritá

Todos, incluso sus adherentes más ardorosos, saben que el "ya está" de la frase en cuestión, que sugiere una retirada política de Cristina, no es cierto. La naturaleza política y humana de Cristina lo desmienten a cada paso.

Pero, por favor, no nos apartemos de la frasecita que nos ocupa.

Como no podía ser de otra manera, Cristina la comienza, aludiendo a Ella misma. El "Yo" ha sido siempre el centro de todo su discurso político.

En realidad son las otras dos palabras ("ya está") las que les dan una maravillosa complejidad a la idea y que la convierten en una gema conceptual. 

Atenti, lector/a

Cristina no dice "Yo ya estoy", como podría afirmar un político común, lineal, para anunciar su retiro. No. Ella no es literal. Ni del montón.

Entre esas tres palabras de la frase original hay un detalle clave. Una coma. Y una coma es un signo de puntuación que se utiliza para separar elementos y para hace una pausa entre ideas.

Por eso, "Yo, ya está". No es moco de pavo. Fíjese que la primera de las tres palabras de Cristina no tiene nada que ver con las otras dos.

El "Yo" queda separado del "ya está" por una coma que cumple un papel muy alegórico. Es como si el "ya está" dicho por Cristina lo expresara otra persona. Traducido al criollo: la segunda parte de la frase tiene un significado ladino.

Es un maravilloso ejemplo de esa figura literaria llamada oxímoron que usa dos conceptos opuestos en una sola expresión generando un tercer concepto.

"Yo, ya está" quiere decir en realidad:  "Yo sigo en la mía".