La pericia en el lugar determinó que la ventana en la cual comenzaron las llamas no tenía pestillo. Cualquiera podía abrirla desde el exterior. Si bien una de las hojas de la abertura estaba tapiada con una heladera y una madera que le habían apoyado desde dentro, la otra no. Debajo había varias bolsas de plástico con ropas. Es que Ema Zapata era acumuladora, según detallaron los investigadores.
El informe que realizó Bomberos estableció que muy probablemente –aunque nunca se podrá determinar con 100% de certeza- una persona abrió la ventana desde afuera, prendió fuego la cortina y luego la arrojó al piso. La tela entró en contacto con las bolsas de ropa y ese pequeño incendio silencioso terminó con las vidas de Ema Zapata y las dos menores.
Ema Zapata, Sheila Ares, Aldana Gonzalez.jpg
Bajo esta línea investigativa, la tarea de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo era determinar quién podría haber causado el incendio en Guaymallén. El testimonio de la madre de Aldana González apuntó contra su expareja, un hombre con el cual ya había tenido conflictos.
Y esa versión comenzó a confirmarse cuando las cámaras de seguridad captaron al sujeto, Juan Villarruel (54), caminando por las inmediaciones del domicilio cerca del horario en que ocurrió el siniestro. Y con un detalle no menor: estaba encendiendo un cigarrillo con un encendedor.
Con estas evidencias, la fiscal ordenó la detención de Juan Villarruel la cual se concretó en la jornada del miércoles y fue imputado con una calificación por la que arriesga prisión perpetua en un futuro juicio.
El delito fue homicidio con dos agravantes: por ser un triple femicidio transversal –querer causarle daño a personas vinculadas con quien fuera su pareja- y por utilizar un medio idóneo para crear un peligro común –el incendio podría haber tenido consecuencias todavía más graves-.