Una adolescente sometida a casi 70 sesiones de exorcismo, su muerte y la polémica que abrió
Anneliese Michel, la adolescente de los exorcismos
El caso de Anneliese Michel es uno de los más controvertidos y fascinantes de la historia reciente, un relato que oscila entre lo sobrenatural y lo trágico, dejando tras de sí un debate que aún resuena: ¿sus exorcismos fueron mala praxis?
Anneliese Michel nació el 21 de septiembre de 1952 en Alemania, en una familia profundamente católica. Desde joven, mostró una devoción religiosa notable, pero también una salud frágil.
A los 16 años, la adolescente comenzó a experimentar convulsiones y episodios de pérdida de conciencia, lo que llevó a un diagnóstico de epilepsia del lóbulo temporal. Los médicos le recetaron anticonvulsivos, pero su condición no mejoró significativamente.
Con el tiempo, Anneliese Michel empezó a manifestar comportamientos extraños: aversión a objetos religiosos, alucinaciones auditivas y visuales, y una creciente convicción de que estaba poseída por entidades demoníacas. Su familia, profundamente religiosa, comenzó a sospechar que algo más allá de lo médico estaba afectándola y apuntó a hacer exorcismos.
En 1973, sus padres buscaron ayuda en la Iglesia Católica, convencidos de que la adolescente era víctima de una posesión. Dos sacerdotes, Ernst Alt y Arnold Renz, obtuvieron el permiso del obispo para realizar un exorcismo.
Entre septiembre de 1975 y julio de 1976, Anneliese Michel fue sometida a 67 sesiones de exorcismo, algunas de hasta cuatro horas. Durante estas sesiones, ella exhibía comportamientos extremos: hablaba en lenguas desconocidas, mostraba una fuerza inusual, se autolesionaba y afirmaba ser poseída por múltiples demonios. Las grabaciones de estas sesiones, que aún circulan, son escalofriantes.
Sin embargo, el caso dio un giro trágico. Durante los exorcismos, Anneliese Michel dejó de comer, argumentando que los demonios se lo impedían. Su salud se deterioró rápidamente; pesaba apenas 30 kilos al momento de su muerte el 1 de julio de 1976, a los 23 años.
La autopsia determinó que murió de desnutrición y deshidratación, agravadas por neumonía y el abandono de su tratamiento médico para la epilepsia. El caso desató una tormenta mediática y legal en Alemania: ¿hubo mala praxis?.
Los sacerdotes y los padres de la adolescente fueron acusados de homicidio por negligencia, al no haber buscado ayuda médica cuando su estado empeoró. En 1978, tras un juicio muy publicitado, fueron encontrados culpables, pero recibieron sentencias leves: 6 meses de prisión en suspenso para los sacerdotes y libertad condicional para los padres de la adolescente.
Desde el punto de vista médico, los síntomas de Anneliese Michel fueron consistentes con trastornos como la epilepsia del lóbulo temporal, la esquizofrenia o una combinación de ambos. La medicación que tomaba, como el Tegretol, no siempre era efectiva para casos complejos, y el abandono del tratamiento médico durante los exorcismos probablemente agravó su condición.