Pruebas en su contra

Lo condenaron por el robo a la casa de un vecino: cómo su caso de hemorroides lo delató

El ladrón que cometió el robo tuvo que admitir su autoría tras el evidente rastro de ADN que dejó en el lugar del robo en San Rafael

Las evidencias de ADN suelen ser concluyentes para esclarecer un crimen. Una gota de sangre en el lugar equivocado es como una espada que pone contra la pared a un delincuente. Pero pocas veces se ha visto que la mancha hemática sea encontrada de una forma tan particular como el caso de un robo en San Rafael por el que hubo una condena.

El 6 de febrero pasado, cerca del mediodía, un jubilado llegó hasta su domicilio ubicado en calle Pasteur de San Rafael, luego de ausentarse algunos minutos. Se encontró con una típica escena de un robo: la puerta de una lavandería ubicada en el fondo había sido forzada y se habían llevado algunos elementos.

La víctima llamó al 911 y se inició una investigación por el robo. Detalló que le habían sustraído un bidet, una puerta de madera corrediza y una escalera con la cual el ladrón saltó la medianera para luego escapar sin ser atrapado. Pero la suerte del delincuente no le duró mucho.

Sede de los Tribunales en San Rafael
El robo se esclareció de una particular forma en los Tribunales de San Rafael.

El robo se esclareció de una particular forma en los Tribunales de San Rafael.

La gota de sangre que esclareció el robo

Personal de la Policía Científica llegó hasta la propiedad y analizó minuciosamente el lugar en busca, generalmente, de huellas dactilares del ladrón. No encontró nada. Excepto en el baño del lugar. En el interior del inodoro había una mancha de sangre que el propietario desconoció.

Se tomó una muestra de ADN de ese rastro hemático y se mandó a hacer un cotejo con la base de datos que tiene el Laboratorio de Huellas Genéticas Forense. A los pocos minutos arrojó un match: la sangre era de Oscar Alejandro Ilabaca, un hombre de 42 años cuyos genes estaban cargados en el sistema porque ya tenía condenas anteriores.

Los efectivos policiales le preguntaron a la víctima si lo conocía. El hombre respondió que en el barrio se rumoreaba que él había cometido el robo, pero no mucho más. En definitiva, nunca lo había invitado gentilmente a su casa y mucho menos para que use su baño.

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Oscar Ilabaca, el ladrón de San Rafael que volvió a ser condenado.

Oscar Ilabaca, el ladrón de San Rafael que volvió a ser condenado.

La condena por el robo en San Rafael

El fiscal de San Rafael Javier Giaroli lo detuvo a los pocos días y lo imputó por robo agravado por escalamiento. Quedó alojado en la penitenciaría, acusado también por otro particular hecho: su propio hermano lo denunció por haberse metido a su patio y haberle robado ropa que tenía tendida.

En los últimos días se realizó un juicio abreviado tras un acuerdo entre el fiscal y la defensa oficial de Oscar Ilabaca. El hombre, acorralado por la gota de sangre de las hemorroides que sellaron su destino, admitió haber cometido ese robo.

También se acordó que sea sobreseído por la denuncia de su hermano ante la falta de pruebas.

El juez de San Rafael Gabriel Ravagnani lo condenó por el robo a una pena de 3 años de prisión que deberá cumplir en efectivo ya que se le declaró la reincidencia por tercera vez en su vida.

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