Investigación federal

La nueva imputación contra la Yaqui Vargas por la que arriesga hasta 20 años de cárcel

Sandra Yaqui Vargas (48) volvió a quedar envuelta en una investigación por narcotráfico en los barrios del oeste en Godoy Cruz

Una vez más, el apodo de la Yaqui vuelve a estar en el centro de la escena del narcotráfico. Sandra Jaquelina Vargas (48) y varias personas de su entorno íntimo fueron imputadas en un expediente federal que desbarató una banda acusada de comercializar drogas en el oeste de Godoy Cruz. Ahora, arriesga una pena de hasta 20 años de prisión por narcotráfico.

Tras su condena por narcotráfico a 15 años de prisión que recibió en 2016, la Yaqui Vargas mantuvo un perfil mucho más bajo. La jefa narco del oeste de Godoy Cruz comenzó a purgar sus años en la cárcel y su conducta fue tan correcta que en los últimos meses había obtenido las salidas transitorias. Pero ahora se cree que aprovechó esto para volver a sus andadas.

A fines de la semana pasada se realizaron una batería de allanamientos en el marco de una investigación que se manejó bajo estricto hermetismo, pero que apuntó contra la Yaqui Vargas, uno de sus hijos y otras personas acusados de volver a liderar el narcomenudeo en la zona de los barrios Campo Papa y La Esperanza, en el oeste de Godoy Cruz.

La Yaqui
La Yaqui Vargas, otra vez investigada por narcotráfico.

La Yaqui Vargas, otra vez investigada por narcotráfico.

La nueva imputación contra la Yaqui Vargas

La teoría que sostiene el fiscal federal Fernando Alcaraz, bajo una ardua y paciente investigación policial, es que detrás de las rejas la Yaqui Vargas había logrado rearmar un circuito para continuar vendiendo drogas en su zona de influencia. Según la pesquisa, esto fue potenciado cuando aprovechó sus salidas transitorias para reunirse con la mujer que sería su mano derecha en la calle: Liliana Echevarrieta.

La imputación por narcotráfico es que esta mujer era quien acopiaba la droga y se encargaba de las cobranzas. Básicamente, era la referente de la Yaqui en la calle. También fueron detenidos e imputados como los vendedores de los estupefacientes Daniela Palma, su pareja Gastón Caballero Ramírez, Axel Gastón Sosa y Delfina Correa.

Por último, uno de los hijos de la Yaqui fue detenido en los allanamientos. Se trata de Mauro Gélvez, un chico de 22 años que fue baleado por la espalda en los primeros días de 2024 y se salvó de milagro.

Todos los detenidos fueron imputados por el delito de tenencia de estupefacientes para la comercialización agravado por la participación de 3 o más personas. Por ello, en la investigación por narcotráfico arriesgan de 6 a 20 años de cárcel.

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Mauro Gélvez, el hijo de la Yaqui que fue baleado en Godoy Cruz.

Mauro Gélvez, el hijo de la Yaqui que fue baleado en Godoy Cruz.

La recaída de la Yaqui Vargas

Durante años, y tras la caída del conocido Marcelo Gato Araya -condenado a múltiples penas de prisión perpetua-, la Yaqui Vargas tomó el poder de narcomenudeo en la zona del oeste de Godoy Cruz, especialmente en el asentamiento Campo Papa. Durante años, la mujer ejerció con violencia su liderazgo ya que tenía varios "soldaditos" que no dudaban en mostrarse armados en las redes sociales y en apretar el gatillo cuando había enfrentamientos de bandas o cuando la Policía irrumpía en el lugar. A cambio, estos jóvenes -muchas veces menores de edad- recibían armas de fuego o drogas como forma de pago.

A mediados de 2016, la Yaqui fue condenada a 15 años de prisión por narcotráfico y lavado de dinero. No sólo se demostró que ejercía la venta de estupefacientes en la zona sino también que adquirió varias propiedades y cerca de 30 vehículos producto de esa ganancia espuria. La Justicia Federal también sentenció a penas de entre 6 y 11 años a los hermanos de la Yaqui: Patricia Mercedes, Silvana Natalí y Romina Noemí Vargas Méndez; a su hija, Silvia Gelvez; a su sobrino Jonathan Daniel Brizuela y a su suegra, Nora Carmen Gatto Godetti.

La líder narco cumplió gran parte de su pena y hasta obtuvo salidas transitorias. Sin embargo, la Justicia nunca le dio la libertad condicional ya que los especialistas penitenciarios detectaron que no había "recapacitado ni comprendido los perjuicios sociales que aparejan los delitos que cometió". Además, aseguraron que la Yaqui refirió que tiene un emprendimiento textil al cual dedicará su vida "pero no logran poder visualizarse materiales y máquinas para la concreción de ello". Ahora, esos exámenes psicológicos empiezan a cobrar más sentido.

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