El uniformado debió iniciar un litigio laboral para recibir una indemnización. La Justicia le terminó dando la razón.

La lucha judicial de un policía que fue baleado y casi pierde un dedo

Por UNO

Un efectivo policial que fue baleado cuando estaba de civil en su casa a mediados de 2010 será indemnizado con una importante suma de dinero. Para ello debió iniciar un litigio judicial con la aseguradora de riesgos del trabajo (ART).

El hecho ocurrió el 13 de junio de ese año, cuando el policía -se reserva su identidad- se encontraba de franco y estaba en su domicilio. En horas de la noche, el hombre escuchó ruidos extraños que le llamaron la atención desde el exterior del la propiedad.

Los movimientos provenían de una obra en construcción vecina. El efectivo se puso su chaleco policial y se acercó al lugar. En ese momento recibió una herida de arma de fuego en su mano derecha y otra que impactó sobre el chaleco, a la altura del abdomen.

La víctima fue trasladada hasta el Hospital del Carmen y luego fue derivada al Hospital Militar. En ese nosocomio le realizaron las curaciones, le recetaron antibióticos y fue derivado a la Clínica de Mano, donde fue enyesado y operado. Poco menos de un mes después, desde la ART suspendieron las prestaciones para el hombre considerando que no se trataba de un accidente laboral.

Desde entonces se inició una demanda laboral por parte del uniformado reclamando una indemnización de 90 mil pesos por la incapacidad que le generó el hecho, la cual recayó en la Quinta Cámara del Trabajo.

Desde la ART ratificaron su versión de que el accidente no fue sufrido "con motivo ni en ocasión del trabajo", por lo que no son ellos quienes deben responder por las prestaciones. "La ley de riesgos no indemniza las consecuencias naturales de procesos biológicos que son consecuencia del mero hecho de vivir", alegaron.

El juez laboral consideró que según la Ley 6.722 que rige al personal policial se define como "acto de servicio a aquella intervención voluntaria del agente en cumplimiento de su deber, cuando se encuentre fuera de servicio". Es decir, que pese a estar de civil el policía actuó en cumplimiento de su deber y las lesiones que padeció fueron consecuencia de eso.

El efectivo padeció una incapacidad del 27% debido a una fractura expuesta en su dedo índice, donde le debieron colocar 3 clavos y tiene secuelas funcionales, y una quemadura de 5 centímetros en la zona del abdomen.

Finalmente, la jueza Viviana Gil ordenó que Provincia ART indemnice con 85 mil pesos más intereses y costas al policía que resultó baleado.