Ramoncito, como conocían a Juan Ignacio González, tenía 12 años cuando desapareció el 6 de octubre de 2006, en la localidad correntina de Mercedes. El niño había salido de su casa con destino al colegio pero nunca llegó. Fue entonces, cuando tras la denuncia de su madre, se inició la búsqueda.
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Después de 48 horas, vecinos encontraron su cuerpo. Había sido violado, torturado y decapitado durante un rito satánico.
Entre los responsables -nueve personas- estaba una enfermera: Patricia López. La mujer, que en un primer momento fue absuelta, recién fue condenada por el hecho en 2012. Para ese entonces, ya se había fugado.
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Este miércoles, después de siete años de permanecer prófuga, la asesina fue detenida en La Matanza.
López, alias Patila, formaba parte de una secta. Consideraban que podrían obtener la purificación a través de la ofrenda que le enviaban a los dioses: el cuerpo de un niño.
Ese niño fue Ramoncito. Según contaron testigos durante el juicio, el nene fue torturado mientras los miembros de la secta tomaban vino y "rezaban".
El ritual combinaba elementos satánicos, afrobrasileños y de magia hispano-guaraní. El cuerpo del nene fue marcado con estigmas: tenía quemaduras de cigarrillos y laceraciones.
Lo drogaron y lo violaron varias veces. Le pegaron y lo mataron bajo las órdenes de López.
Uno de los participantes del ritual satánico contó que se "tomaron de las manos con la sangre del niño y así anunciaron a sus próximas víctimas”.
Los vecinos encontraron a Ramoncito encima de una hostia negra, decapitado.