Un hombre de 50 años fue hallado muerto en el interior de un auto que fue abandonado en el basural municipal de este departamento. El cuerpo tenía un disparo en el rostro y otro en un brazo. Algunos testigos indicaron que vieron bajar del vehículo a una persona, que podría ser una mujer o una travesti.
Ayer el caso estaba caratulado como homicidio, pero aún no estaba claro cuál había sido el móvil y no se descartaba ninguna hipótesis.
Según las fuentes oficiales, la víctima es Jorge Omar Burgos, quien trabajaba en la Municipalidad de San Martín y vivía en Paso de Uspallata 887 del barrio Burgoa de ese departamento.
La alerta policial ingresó al 911 apenas comenzado el día de ayer y la novedad quedó registrada las 0.05.
Quien llamó indicó que, instantes antes, un auto había ingresado al predio del basural municipal de carril Buen Orden y calle Vior, a gran velocidad, y que del vehículo se bajó una persona, que fue descripta como "una mujer o una travesti", quien se alejó corriendo del lugar.
Un móvil policial, desplazado por la Comisaría 12, arribó allí poco después. En el interior del auto había un hombre inconsciente.
Hacia allí partió la ambulancia 147 del Servicio de Emergencias Coordinado y a su arribo el médico a cargo certificó que el hombre ya había fallecido y que, a primera vista, el motivo del deceso había sido un balazo que le impactó en la boca, exactamente en el costado izquierdo del labio superior.
Poco después llegó al lugar la ayudante fiscal Gimena Pina, quien solicitó la colaboración de la Policía Científica, de la Unidad Investigativa de la Comisaría 12 y también del cuerpo de Canes de Policía, para intentar un rastrillaje en el lugar.
A esa hora, en plena noche, se realizó una primera inspección y luego se decidió dejar todo en su lugar y montar una custodia, para retomar el trabajo a las 8, ya con la luz del día.
Luego de completados los trabajos se informó que el cadáver tenía, además del disparo en la boca, otro en el brazo izquierdo. Además el auto tenía roto el vidrio de la ventanilla del lado del acompañante y algunos disparos en la rejilla, por sobre el paragolpes.
Esto hizo suponer que la víctima fue atacada en algún otro lugar y que el auto fue llevado allí por su homicida o algún cómplice cuando Burgos ya estaba agonizando o ya había fallecido.
También se estima que la persona que bajó del auto y corrió por el basural abandonó la zona en otro vehículo que la esperaba en las cercanías.
El auto era un Peugeot 307 borravino, dominio GZF 631, propiedad del fallecido y en el que no se notaban faltantes a simple vista.
El avance de la investigación quedó bajo la responsabilidad de la fiscal en turno Florencia Díaz Peralta.