Por Franco Martín Ballabriga
Su presencia en una categoría nacional le pulió el manejo, le mejoró la confianza y lo liberó de ciertas trabas que le impedían redondear grandes actuaciones. Es muy notoria la madurez en los últimos tiempos de Danilo Gil como piloto, por eso tampoco puede extrañar cuando los fríos números muestran que en las últimas tres finales del Turismo Promocional, Danilo subió al podio y dos de ellos fueron victorias.
El triunfo seguramente no podrá igualar al primero de su carrera, pero sí es verdad que ocupará un lugar muy importante. Gil, basado en un prolijo y arriesgado manejo que le permitió hacer maniobras muy destacadas y puntualmente gracias a un Fiat Uno muy rendidor que le entregó el equipo de Omar Peralta, se impuso en la 66ª edición del Gran Premio Vendimia, algo que muchos destacados nunca pudieron lograr, incluso su papá, Alfredo.
En el autódromo de San Martín y en gélida tarde, el piloto de Guaymallén tuvo una gran largada que le permitió quedar entre los de punta, para unas vueltas después apoderarse del primer lugar.
Pero la empresa no fue fácil porque Gustavo Lauría, José Ignacio Lloret, Leandro Cimino y Raúl De Gáspari se mostraban muy competitivos, e incluso también se apoderaban por algunas vueltas de la punta de la competencia.
Así se transitó una final por demás entretenida del Turismo Promocional, donde la lucha no sólo se daba en la punta sino también en otros pelotones. Además no faltaban los fuertes golpes como el que Fede Inzirillo le propinó a Gianluca Vega, el cual fue sin ningún tipo de intención, pero terminó frustrando las intenciones de ambos de pelear por el podio.
El quiebre de la carrera a favor de Gil se dio faltando pocas vueltas y fue cuando De Gáspari (luego excluido) tocó levemente a Lloret, lo que hizo que éste le pegara a Lauría antes de entrar a la chicana y como consecuencia ambos quedaron afuera.
De ahí en más Gil se dedicó a administrar la diferencia en la punta, más allá de las insinuaciones de Cimino de ir por el triunfo, en lo que resultó un gran trabajo de su parte. El podio lo completó Alejandro Fernández, quien sin entrar en roces terminó descorchando champán.
Gil ya tiene la victoria y se anima a soñar en grande. Por ahora disfruta de ser el rey vendimial.
Pontoni volvió a festejar
En el 2011 ya había saboreada las mieles del éxito en esta competencia tan particular. Y este domingo Dante Pontoni reeditó viejas épocas gloriosas al apoderarse de la victoria en la versión 2016 del Gran Premio Vendimia.
Con el VW Gol que asiste el equipo de Nicolás Gerardi, el piloto de Corralitos se impuso en una final de la Clase 2, donde no faltó la emotividad.
El campeón Pablo Malizia movió desde el primer lugar y así fue como en las primeras vueltas administró el ritmo de la competencia, pero superada la quinta vuelta, Pontoni, que ya había dado cuenta de José Luis Suriano, superó al sanrafaelino con una impecable maniobra por afuera.
Desde ese preciso momento el líder de la carrera elaboró una victoria que no tuvo fisuras.
Mientras tanto Malizia cometía un error, se retrasaba y cuando iba recuperaba terreno, Martín Pontoni lo sacó de pista tras un toque.
Un párrafo aparte merece la labor del Ranito Suriano, quien prefirió no arriesgar y asegurarse el segundo escalón del podio (que completó Abdo Girala con un irregular Ford Fiesta), el cual necesitaba de forma imperiosa después de sumar una serie de decepciones al mando de su VW Gol.
Buen rendimiento mostró el Renault Clio con motor Audi de Caíto Molé en su primera final en la divisional al culminar cuarto.
En la previa, caliente reunión
Antes de disputarse la final de la Clase 2, la mayoría de los pilotos y varios preparadores se reunieron con el fin de debatir sobre una posible paridad de marcas y modelos.
Si bien no hubo acuerdo, se decidirá en unos días implementar tres bridas de diferentes medidas para los tres primeros de cada carrera.