El español Rafael Nadal, actual campeón y máximo favorito al título en el Argentina Open, respondió a las expectativas que había generado y avanzó a los cuartos de final de la edición 2016 del torneo, tras derrotar al argentino Juan Mónaco por 6-4 y 6-4 en un partido de alto nivel tenístico de parte de ambos.
Nadal, ex número uno del mundo y actualmente en el quinto lugar del ranking mundial de la ATP, se exigió durante una hora y 35 minutos para torcerle el brazo a su amigo Pico Mónaco (55), ante 5.042 espectadores que completaron las ubicaciones de la cancha central Guillermo Vilas, en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.
El tenista nacido en Mallorca continuará la defensa de su título, que se lo ganó precisamente a Mónaco el año pasado, este viernes a partir de las 16.30 frente al italiano Paolo Lorenzi (52), quien previamente eliminó al penúltimo argentino en despedirse del certamen, el porteño Diego Schwartzman (89), por 4-6, 6-3 y 6-1.
La presentación del súper campeón español generó un lleno en el estadio ubicado en el barrio porteño de Palermo. También provocó el desfile de figuras del tenis y de otros deportes, que no se quisieron perder la oportunidad de ver en el país a un tenista que ganó 67 torneos de la ATP, incluidos 14 de Grand Slam, y que fue número uno del mundo.
Así estuvieron Vilas, Gabriela Sabatini, el "Gato" Gastón Gaudio, el "Gordo" Agustín Calleri, el tandilense Mariano Zabaleta y también la "Bruja" Juan Sebastián Verón, amigo personal de Mónaco, ambos hinchas confesos de Estudiantes de La Plata.
Todo ese marco no distrajo al español, quien comenzó el partido a todo ritmo, con una derecha potente y profunda que le reportó el primer quiebre, así se adelantó 2-0 y generó los primeros gestos de admiración del público, que lo aplaudió y festejó en cada demostración de talento y coraje.
Mónaco, en tanto, en su segundo partido en seis meses tras una operación en la muñeca derecha (el anterior fue el martes último ante el italiano Marco Cecchinato en la ronda inicial), no se quedó atrás y recuperó el quiebre con buenos ataques, sobre todo con el revés paralelo. Así descontó 1-2 y luego igualó 2-2.
Nadal, con un historial a favor de 7-1 sobre el tandilense, incluida la final en Buenos Aires del año pasado, se percató de que no sería una noche sencilla y comenzó a trabajar cada punto, con la táctica de moverlo a 'Pico' de un lado a otro hasta encontrar el hueco por donde filtrar su derecha.
El primer parcial fue intenso, con cinco quiebres en total, pero con la sensación de que cuando "Rafa" aceleraba un poco hacía la diferencia. Y así el español se llevó el set por 6-4, con algunas sutilezas que generaron grandes ovaciones, como un drop exquisito que sorprendió a 'Pico' y le sirvió para lograr la primera ventaja.
En el segundo set se vio la mejor versión de Mónaco, con buenos reveses, tanto paralelos como cruzados, así se adelantó 3-1 (quebró el servido del mallorquín y se puso 2-1) y luego estuvo muy cerca de estirar para 4-1. Pero el bonaerense se quedó y eso le permitió a Nadal volver a meterse en el partido.
El español recibió atención médica con el marcador 2-3 en contra y desde ese momento fue una 'tromba', con devoluciones excelentes, derechas anguladas y profundas. Así ganó tres juegos consecutivos y pasó al frente 4-3.
Mónaco, algo aturdido, igualó 4-4 con su saque, pero fue lo último que hizo, ya que Nadal mantuvo su concentración, no volvió a sufrir 'baches' tenísticos y se llevó los dos juegos siguientes para el 6-4 final que festejó con el puño cerrado, luego de una victoria que le costó ante un rival que recién claudicó en el cierre.
Mónaco, campeón del torneo en 2007, se retiró muy aplaudido por el público, que en el tramo final de su carrera le reconoce su entrega y esfuerzo, mientras que Nadal continuará su camino en Buenos Aires con escollos más duros que en años anteriores, aunque recién los encontrará en semifinales, ya que no debería tener ningún problema mañana ante el italiano Lorenzi.