Agendalo. No importa de qué equipo seas hincha. El sábado 5 de octubre de 2019, Diego Armando Maradona pisará nuevamente suelo mendocino, como tantas veces lo hizo durante los 70, los 80 y una vez en los 90.
Te puede interesar: Las fotos íntimas y sensuales de Agustina Gandolfo en su estadía en Los Ángeles
Ese día, Godoy Cruz recibirá a Gimnasia y Esgrima La Plata, a las 13.15, por la novena fecha de la mal llamada Superliga, liga que necesitaba un envión al mejor estilo de D10S para poblar un poco más de público esas gradas vacías que se ven en la mayoría de los estadios.
Ese día el hincha de Godoy Cruz deberá decir presente. Y los demás hinchas del fútbol, de la Selección, del Pelusa, de Dieguito, de D10S, de Maradona, podrán ir a ver aunque sea sentado en el banco de suplentes al futbolista que más alegrías nos dio en la historia argentina. Por eso, vestite con la 10 del Diego de cualquiera de sus equipos y que sea un día de gala futbolera.
Se sabe que Maradona tendrá detrás un cuerpo técnico también, encabezado por Sebastián Méndez, justamente el Gallego de tan buen 2016 en el Tomba.
Nada de eso importará tanto como la salud del Diez. Hay que cuidarlo. Es evidente que no está pasando su mejor momento tanto física como mentalmente, más allá de su ideología política que cambia permanentemente.
Le cuesta caminar, le cuesta mantenerse en pie, le cuesta a hablar y últimamente ha sido más noticia por esto y los videomemes que se generan al respecto, que por sus logros deportivos (perdió dos ascensos con el Dorados de México). Incluso hasta le costó posar para la foto con la camiseta de Gimnasia.
Ojalá esto de Gimnasia sirva para que Diegote vuelva a resurgir. Para que se levante una vez más como tantas veces lo hizo, supere los problemas físicos y mentales que son evidentes; y por sobre todas las cosas se deje ayudar por profesionales, algo que pocas veces dejó hacer en su vida futbolística y extrafutbolística.
Es evidente que es un golpe mediático que le da envión anímico al Lobo platense que está muy pero muy complicado con los promedios del descenso. Y también para una Superliga que no llama la atención porque más allá de que los últimos campeones sean Racing y Tigre, sólo se habla de dos que dominan el mercado de todo tipo y ya sabemos qué clubes son; también es evidente una movida política, está claro pero ni vale la pena ahondar en estos detalles.
Realmente nos da mucha pena verlo a Maradona así. Nos da pena a quienes crecimos viendo las maravillas que hacía en la cancha, a los que deliramos en 1986 con la alegría futbolera más grande que tuvimos, a los que vimos todo lo que daba, dejaba y arriesgaba por la Selección, a los que reímos en el mundial del 90 con el tobillo "así" de gigante como lo tenía ante Brasil, a los que lloramos en ese mismo Mundial por esa final arrebatada por un árbitro uruguayo nacionalizado mexicano y los que nos ahogamos en una pena sin precedentes 4 años más tarde con su ocaso, cuando a todos nos cortaron las piernas.
Nos da pena y bronca. Por eso, que sienta Maradona que más allá de las camisetas, que todavía lo quieren a pesar de todo, que todavía lo queremos y por sobre todas las cosas lo queremos ver bien. Queremos Maradona por muchos años ayudando nuevamente a esta Selección que parece dar tumbos en los últimos tiempos, más allá de esa luz de esperanza que se encendió en la Copa América.
Los clubes ya dieron su primera muestra de cariño en las redes. Todos, casi todos, algo pusieron en sus redes en una muestra de afecto quizás sin precedentes en las redes para un futbolista o exfutbolista en este caso, más allá de algunos imbéciles que se burlaron.
Queremos que dejen estas internas nefastas entre quienes los rodean, que le devuelvan SUS camisetas, que le devuelvan su guita también para que no tenga que andar dando vueltas por cualquier equipo que le ponga unos buenos "morlacos". Que toquen la pelota, como le gustaba al Diego, y se dejen de joder generando discordia a su alrededor.
Al Diego se lo respeta, más allá de cualquier camiseta de fútbol, conflicto judicial, disputa verbal o idea política y de que por ahí ni él se respete. Las alegrías que nos dio dentro de una cancha no las hemos vuelto a sentir.