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Es más que obvio que ninguna de esas dos producciones podría haber visto la luz si no fuese por el empujón que les metió el Estado a través del vapuleado Instituto de Cine y Artes Audiovisuales, INCAA.
Uno de los más aplaudidos y a la vez criticado en la noche de los MF al Cine fue Guillermo Francella, un actor de Racing –como el colega Sergio Suárez y yo— y a la vez un sutil jugador de la hora política del país.
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Guillermo Francella ganó el oro por la serie "El Encargado". La industria nacional fue desfinanciada por el gobierno de Javier Milei.
Él se fue por la tangente con sus palabras y eligió un gesto demagogo: agradecerle al público por su trayectoria, corriéndose de toda demostración explícita de apoyo o disconformidad, como si mostró otra racinguista de ley: Mirtha Legrand.
Mirtha acertó dos veces porque citó al Martín Fierro para metaforizar “si entre hermanos se pelean, los devoran los de afuera, ¡no nos dejemos devorar!”, soltó la dama de los almuerzos despertando el aplauso hasta de la actriz cercana al kirchnerismo Nancy Duplaá.
También fue Mirtha la encargada de levantar la pancarta más debatida de la noche: “no cierren el INCAA”, dijo. En rigor de verdad, todos los que estaban ahí han formado parte de elencos que han rodado películas financiadas por subsidios estatales.
Lo que vale vs. lo que cuesta
¿Está bien o mal desfinanciar al arte? ¿Es necesario que el Estado ponga guita ahí? Hace un tiempo, la diputada nacional mendocina Liliana Paponet usó una frase interesante en una intervención en el Congreso: “a este Presidente no le importa lo que las cosas valen, sino lo que las cosas cuestan”. Buen resumen de la época.
Milei saca cuentas todo el tiempo y lo que a su criterio no tiene valor, lo desfinancia, lo asfixia. El presidente del Consejo Interuniversitario Nacional Víctor Moriñigo dijo esta semana al diario El País de España: “El Gobierno de Milei está buscando la muerte por inanición de la universidad pública”, fuerte.
Las universidades están muy calientes con la idea que se ha instalado sobre la poca claridad con la que manejan los números. Creen injusta esa afrenta ya que pocas cosas argentinas están más valoradas en el mundo que la universidad pública.
Marcha universitaria
Los estudiantes de las universidades públicas también alzaron su voz por más financiamiento. Milei vetó la ley que garantizaba el aumento de partidas para el 2025.
Gentileza prensa UNCuyo
El conocimiento, la cultura, el arte, la innovación, la creatividad son no tangibles que también traen reconocimientos como la técnica del by pass inventada por René Favaloro, los premios Oscar que ya mencionamos, los premios Nobel o algún satélite orbitando por ahí.
Son formas de interpelación social, cosas que también nos señalan el lugar hacia donde queremos ir como sociedad. Nunca Argentina se ha caracterizado por ser mustia, apagada, sino más bien todo lo contrario: muchas empresas internacionales productoras de grandes eventos, publicidades y la industria de la creatividad o la innovación tecnológica vienen a Argentina a buscar cerebros porque saben que acá se encuentran de a montones.
Esos talentos se forman en escuelas y universidades públicas y son el resultado de los altos estándares académicos que hay en las aulas argentinas.
Ni a los partidos políticos les quiere prestar unos mangos Milei para dirimir sus internas, salteándose el artículo 38 de la Constitución nacional que dice que el Estado debe sostener a los partidos políticos en tanto pilares centrales del sistema democrático.
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Exportar algo más que vinos y soja
El cine argentino ha permitido que se hable en todo el mundo del genocidio llevado adelante en nuestro país. Ha sembrado el séptimo arte en todos los continentes y actrices como la propia Legrand o Natalia Oreiro son famosas en Rusia o en Cuba.
Muchos dirán “y a mí eso que me importa o que le suma eso al país” pero la industria cultural de exportación es tan importante como exportar un vino o soja porque también son divisas frescas y en dólares las que recibe el país a la vuelta de esas producciones.
Notablemente ese discurso del recorte en lo cultural prendió fuerte entre los electores de Milei y en las redes sociales es bastante fácil encontrar críticos de los subsidios al cine y otras formas de arte.
Francella, que no quiere ensuciar sus zapatitos blancos, también cobró parte de su cachet con dinero de subsidio en obras de arte como El Secreto de sus Ojos, película también premiada con un Oscar y que hasta tuvo una remake estadounidense: Secret in their eyes, protagonizada nada más ni nada menos que por Julia Roberts y Nicole Kidman.
Entre vinos sanrafaelinos
Alfredo Cornejo se ofreció para “acompañar” el pedido de Omar Félix para terminar un gasoducto casi terminado. Es, dijo, todo lo que puede hacer para dar fin a una obra que vale mucho y –lo que queda por hacer— cuesta poco pero también quedó en la lista negra de cosas para las que el Presidente tiene un cocodrilo en el bolsillo.
Fue esta semana, el día que se celebró San Rafael Arcángel y todos los años en esa ciudad sureña se agasaja al patrono con un almuerzo, ritual sanrfaelino que tiene casi un siglo. El anfitrión es la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria local, una entidad que tiene 105 años.
El actual presidente de esa organización es Gabriel Brega, quien dirige su empresa familiar Autotransportes Iselín. Brega habló en su discurso de “la concreción de los sueños” y de cómo “los sueños cambian vidas”.
El Estado de bienestar fue la clave para que los inmigrantes europeos llegaran al país trayendo sueños y alguna valija de cartón, el país que soñaron Bautista Alberdi y Domingo Sarmiento, los ídolos del Presidente. Es toda una definición la de Brega en épocas en las que para tus sueños, al Estado le estaría gustando andar “con un cocodrilo en el bolsillo”.