Según la explicación de Fátima, Yuyito hizo en aquél encuentro no sabemos qué extraña cosa con "el muñeco real" del primer magistrado de la Nación, no el de madera, según aclaró, didáctica, la imitadora.
Esto fue leído por la afectada como una muestra de absoluta ausencia "de sororidad" entre mujeres. Y explicó, como si quedaran dudas, que en ese entonces "ese muñeco de carne todavía era mío". ¡Ah, nada como el tacto y el buen decir en las relaciones interpersonales!
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Fátima Florez le contó intimidades de las relaciones de Javier Milei a Viviana Canosa.
Cómo será de chistosa Fátima que eligió contar esas confidencias nada menos que en el programa de Viviana Canosa, en El Trece, quien venía de provocar un terremoto mediático con sus denuncias contra Lizy Tagliani y otras figuras del ambiente artístico relacionadas, entre otras cosas, con un supuesto caso de trata de jóvenes menores de edad.
Mientras la Canosa hablaba con la chistosa, pasaban imágenes de cuando el presidente asistió al espectáculo de la Florez en Mar del Plata, ocasión en que los novios se mostraron muy cariñosos en el escenario.
Vivaracha, Viviana lo detalló así: "¡Cómo chaparon! Mirá esos besos, esa piernita de ella levantada hasta la cintura de él. Lo vuelvo a ver y me caliento".
Allí Fátima aseguró que si bien sigue soltera, ahora también está "tachangogueando" y "chongueando" un poco porque se dio cuenta de que debía priorizarse. "Creo que me lo merezco. Durante muchos años estuve en pareja y muy pendiente del otro, dándolo todo", explicó para los legos.
Aprovechando la volada, y como si el país entero estuviera interesado en saberlo, la Canosa nos ilustró acerca de que ella nunca ha sido de tener chongos. Sobreabundó en detalles al asegurar que "no sé lo que es tener un chongo, he tenido parejas, pero nunca he chongueado".
Otra celebridad del chimento, la áspera Yanina Latorre, no le perdonó nada a Yuyito. "Nadie la quería separar de Milei. Ella estaba con él por un tema de poder, de volver a ser famosa. Y él se cansó". Aseguró, además, que Milei ya la había dejado en diciembre pasado, razón "por la que nunca se mudaron juntos". Sin dudar, Yanina la trató de "hueca y vacía" con ese don de gentes que la providencia le dio a la mujer de Diego Latorre. Lo que más le molestó a la Yani fue el hecho de que Yuyito se definiera todo el tiempo como periodista, cuando no lo es.
En esta era Milei es como que se usa estar un poco exaltado a cualquier hora del día. El articulista Luciano Román contó hace unos días en el diario La Nación que en los colegios secundarios bonaerenses muchos chicos se agreden con insultos que llevan el copyright de Milei, en particular el referido a los "mandriles asquerosos".
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Javier Milei y partede su equipo en el funeral del papa Francisco.
Gobierno "friki"
Extravagante, excéntrica, rara, la administración de Javier Milei no deja de sorprender por las continuas locuras que dejan en segundo plano lo que debería ser absolutamente prioritario, como son las medidas económicas, área en que Milei tiene para mostrar aciertos. Si pudiéramos traducir esa realidad con una calificación escolar, ésta podría ser: Economía 8, batalla cultural 1. Quizás también pegaría Superávit 10 e Institucionalidad 3.
¿Qué es, si no, que un presidente acepte que en su gobierno el asesor "informal" Santiago Caputo tenga más poder que el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, cargo fijado por la Constitución?
Ciertas costumbres de la política chillona y del espectáculo vodevilesco han generando un espacio en el que Milei se ha constituído en protagonista excluyente. Muchos creyeron que su pertenencia ideológica al libertarismo de la Escuela Austríaca de Economía lo iba a enfocar full time en ese terreno técnico al llegar a la Casa Rosada, o que su obligación de hacer política (algo que él decía despreciar pero cuyos vericuetos lo tienen cada vez más encantado) iban a moldear y pasteurizar a un Milei más previsible, más protocolar. Una década antes de ser elegido presidente, Milei fraguó una lenta, pero creciente fama con sus participaciones en programas de TV en los que, como si fuera un predicador electrónico, instaló la idea de que "la casta política" era el centro de todos los problemas argentinos y que había que partir de cero.
En un año y medio de gobierno libertario ha quedado demostrado que se podía frenar la emisión monetaria, tener superávit y bajar la inflación. Pero a la vez ha quedado en evidencia que si hay algo que replica lo peor de la vieja casta política es ese pastiche partidario llamado La Libertad Avanza.
El experimento Milei (tan lleno de aciertos como de disparates) nos obliga no sólo a hacer interpretaciones políticas sino, como usted ha leído en la primera parte de esta columna, a rescatar una especie de crítica de costumbres donde podamos leer mejor las contradicciones tanto del gobierno como de la sociedad. No podemos seguir apelando sólo a "la pata de la sota", es decir a fingir demencia y a hacernos los desentendidos.