Análisis y opinión

Cornejo reactualiza a Heráclito: no se cruza dos veces el mismo río

Al gobernador Alfredo Cornejo se le podrán encontrar varios piojos, pero no el de estar desatento

No debe ser sencillo para un político con carnet apoyar a otro dirigente que, a pesar de ejercer una tarea política, no termina de avalar ese oficio porque lo considera propio de "una casta", bolsa en la que mete a justos y pecadores. Alfredo Cornejo afirma que cree en la política y en el Estado. Sobre esos temas Javier Milei vive generando dudas.

En realidad, en lo que no cree el Presidente argentino es en varias de las formas del republicanismo clásico. Lo suyo es el libertarismo, un ámbito conceptual donde él pueda hacer política a su imagen y semejanza.

A Cornejo, que le gusta generar con su trabajo cierta pátina insondable, su segunda gestión como gobernador le ha confirmado que dicha tarea de gobernador incluye (y así seguirá en el futuro) un equilibrismo extremo en la relación con la Casa Rosada, donde no terminan de considerado "un amigo de la casa".

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La desconfianza de MIlei hacia los radicales es pródiga.

La desconfianza de MIlei hacia los radicales es pródiga.

La desconfianza de MIlei hacia los radicales es pródiga. El León libertario les pasa el scanner grueso, sin advertir los matices. Algunos dicen que, paradójicamente, eso podría favorecer a Cornejo para que siga instalado como un "crítico colaborativo" sin necesidad de autocensurarse en demasía.

Algunos miembros del Gabinete presidencial tratan de poner mejor onda indicando que la propia lógica de los comicios legislativos se encargará de mejorar las relaciones con los sectores que, como el radicalismo, hagan fuerza común con el gobierno.

En tanto, el mendocino saborea su módica cuota de liderazgo dentro de los cinco mandatarios de la UCR que hay en el país y que, con bemoles, comparten la necesidad de bancar críticamente la experiencia libertaria, por lo menos hasta que el saneamiento económico se consolide y el país pueda reorganizarse como un liberalismo republicano alejado del populismo kirchnerista.

Las aguas, los ríos

En su primera gestión como gobernador (2015-2019) seguramente Cornejo se debe haber sentido más dueño de la situación porque era socio político del presidente Mauricio Macri en la coalición Cambiemos. Todos se sentían del mismo cuño antikirchnerista.

En cambio, en su segunda gobernación, arrancada en diciembre de 2023, este hombre de la UCR se ha visto obligado a ratificar aquella máxima de Heráclito acerca de que "nunca cruzamos dos veces el mismo río". ¿Por qué? Porque ni el hombre ni el agua ya son los mismos.

Cornejo ha debido asumir el rol de un opositor constructivo que respeta y entiende el voto popular a MIlei. Ello lo ha llevado a aceptar una primera etapa de shock económico, que ha permitido bajar la inflación y achicar el gasto público en 25%, algo que raramente hubiese cumplido Juntos por el Cambio, según la aguda percepción que tuvieron los votantes

En aquellos años de Cambiemos todo fue distinto en la Provincia. El antecesor de Cornejo en el Sillón de San Martín, el peronista Paco Pérez (2011-2015), había dejado tierra arrasada, lo que obligaba a ponerse sí o sí a ordenar la Provincia para recién después encarar el plan propio. Mal no debe haber hecho las cosas Cornejo.

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En su primera gobernación, Alfredo Cornejo fue socio político de Mauricio Macri.

En su primera gobernación, Alfredo Cornejo fue socio político de Mauricio Macri.

Los mendocinos volvieron a votar a Cambia Mendoza en 2019, con Rodolfo Suarez, y lo repitieron en 2023 cuando ungieron a Cornejo para un segundo mandato, algo inusual en la historia política de esta provincia. Con el acceso de Milei a la Rosada, el gobernador se convirtió en un "opositor colaborativo" del Presidente.

Ordenar la macroeconomía era y es lo fundamental. El kirchnerismo llevaba lustros pateando los problemas. La Argentina no va a ser confiable hasta que muestre que puede hacer las cosas de manera sensata.

Pese a las desconfianzas anti UCR, en el gobierno nacional hay conciencia de la importante institucionalidad de esta provincia a la hora de favorecer un clima de negocios e inversiones. Los analistas suelen coincidir en que Mendoza es una de las provincias con mejores expectativas para dar un salto si la macroeconomía mejora.

Resumiendo: el político de hace cinco años no es el hombre de hoy ni será el de mañana. A Cornejo se le podrán encontrar varios piojos, pero no el de estar desatento.

Algo similar ya nos había enseñado Borges pero con respecto a los libros: "Cambiamos constantemente. Cada lectura de un libro, cada relectura, cada recuerdo de esa lectura, renuevan el texto, y ese texto es el cambiante río de Heráclito"