El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantuvo una conversación telefónica con el nuevo
presidente electo de Filipinas, Benigno Aquino. Durante la charla, reproducida en parte por el
diario español El Mundo, el ocupante de la Casa Blanca alabó las últimas elecciones filipinas como
un ejemplo de transparencia, aventuró la posibilidad de un futuro
encuentro y destacó la necesidad de una mayor cooperación bilateral. Incluso para dejar de
fumar.
Fue el propio nuevo líder de Filipinas, hijo de la ex presidenta Corazón Aquino, quien contó
que en la charla salió a relucir el apego que el filipino tiene a los cigarrillos, vicio que
comparte con el presidente de Estados Unidos. Ante lo que Barack Obama habría indicado algo así
como "yo ya he dejado de fumar, ese es tu problema, pero estoy preparado para ofrecerte consejo".
"La cuestión parece una banalidad. Pero tanto en Estados Unidos como en Filipinas, un
presidente fumador tiene su problemática trascendencia -señala el diario español-. El mes pasado,
Aquino ya dijo que no estaba dispuesto a dejar el tabaco porque podría estresarle y afectar
negativamente su toma de decisiones ejecutivas. Con uno de cada cuatro filipinos adultos que fuman,
su nuevo presidente ha argumentado que dejará ese hábito de al
menos una cajetilla diaria 'en el momento adecuado', recordando que cuando se presentó a las
elecciones 'la gente ya sabía que yo fumaba'".
Obama ha reconocido que en su juventud probó la cocaína y la marihuana. Pero desde su salto a
la política nacional, ha evitado con sumo cuidado la divulgación de imágenes fumando.
Los médicos le animaron el pasado febrero a "continuar con los esfuerzos
para cesar de fumar" y se sabe que para cumplir con la promesa que hizo a su familia en el
2007, el presidente utiliza chicles de nicotina.
Obama, no obstante, ha reconocido que de vez en cuando cae en la tentación a pesar de que la
Casa Blanca es totalmente "smoking free".