Una mujer fue sancionada por la Corte de Apelaciones de Versalles en 2019 porque ella se negaba a tener relaciones sexuales con su marido. Tras ese fallo, presentó recurso judicial contra Francia ante la Corte Europea de Derechos Humanos por imponerle el "deber conyugal".
Las asociaciones que asisten y asesoran a la mujer alejaron ante la Corte Europea de Derechos Humanos que Francia ejerció "injerencia en la vida privada" y "violación a la integridad física".
Cuando se decretó su divorcio, los jueces de la Corte de Apelaciones de Versalles lo hicieron por "culpa exclusiva de la mujer", sobre todo por ese motivo: negarse a tener relaciones sexuales.
Según expresa el fallo ahora recurrido ante la Corte Europea, los hechos fueron "confirmados por la esposa y constituyen una violación grave y repetida de los deberes y obligaciones del matrimonio, que hacen intolerable continuar la vida en común".
Esa decisión de la Corte de Apelaciones fue luego confirmada en Casación.
El fallo fue repudiado por la Fundación de las Mujeres y el Colectivo Feminista contra el Estupro y consideraron que la justicia francesa "continúa imponiendo el deber conyugal, negando así el derecho de las mujeres de consensuar o no la relación sexual".
Las dos asociaciones recuerdan que "en el 47% de los 94.000 estupros e intentos de violencia sexual que se registran cada año, el agresor es el cónyuge o ex cónyuge de la víctima".
"El matrimonio -concluyen las dos asociaciones que piden la condena de Francia- no debe ser una servidumbre sexual".