Generalmente cuando se habla de alergia se piensa en gérmenes o sustancias del
aire y el ambiente que provocan en el organismo molestias y reacciones de defensa exageradas. Sin
embargo, los alimentos también representan una importante fuente de alergenos, sobre todo cuando se
trata de los comprendidos en el llamado grupo de los grandes ocho que incluye a la leche, el huevo,
el maní, las frutas secas, el pescado, los mariscos, la soja y el trigo.
Si bien esta afección no se puede prevenir porque la alergia tiene un importante
componente de predisposición hereditaria, los investigadores de la Facultad de Medicina John
Hopkins en Estados Unidos encabezados por el doctor Roberto Word, realizaron una revisión de 18
estudios luego de la cual establecieron que la lactancia exclusiva durante los primeros tres meses
de vida ejerce un efecto protector en aquellos niños que presentan una tendencia genética a
desarrollar enfermedades alérgicas.
El abordaje de la lactancia como herramienta preventiva de la alergia
alimentaria formó parte de las presentaciones de la reunión anual del Colegio Americano de Alergia,
Asma e Inmunología a celebrarse en Dallas la próxima semana. "Cuando la alergia alimentaria es el
tema en cuestión siempre hablamos de lactancia materna y de evitar ciertos alimentos. Pero, debido
a que no hay una evidencia concreta que sostenga que cumpliendo con esas cuestiones se pueda
prevenir la alergia —porque muchos estudios afirman que sí, pero otros detallan que la utilidad de
estas herramientas está limitada por existencia de antecedentes directos—, sería incorrecto decirle
a una futura mamá que no tome leche pues le estaríamos quitando al bebé por nacer una gran cantidad
de nutrientes", señaló el doctor César Martín Bózzola, médico alergista, integrante de la sección
Alergia e Inmunología Pediátrica del Hospital Británico.
Según los expertos estadounidenses, las futuras mamás pueden comenzar a cuidar a
sus hijos durante la gestación evitando determinados alimentos como por ejemplo el maní, las frutas
secas y el huevo. Luego, una vez producido el nacimiento y mientras dure la lactancia es importante
proteger al bebé de futuras alergias alimentarias mediante la ingesta de fórmulas complementarias
hipoalergénicas, y retrasando la incorporación de alimentos sólidos el mayor tiempo posible.
Otro de los puntos importantes a tener en cuenta es controlar, una vez iniciado
el proceso de incorporación de alimentos sólidos, que los chicos no presenten reacciones alérgicas,
en cuyo caso resulta necesaria la consulta con el pediatra."La alergia alimentaria forma parte de
lo que se denomina alergia general o atopia. La particularidad, en este caso, es que la proteína
(alergeno) ingresa al organismo por vía oral y pasa a través del tubo digestivo. Aunque no es una
patología hereditaria es muy raro que un paciente alérgico no tenga antecedentes familiares
directos de la enfermedad. Las medidas preventivas para proteger a los más chicos son la
prolongación de la lactancia y la incorporación paulatina y progresiva de los alimentos, dejando
los más controvertidos como las frutas secas y el pescado para más adelante.
De acuerdo con la Academia Americana de Alergia e Inmunología, la
hipersensibilidad o alergia respecto a un alimento se establece como consecuencia de la ingesta de
una determinada sustancia que produce una reacción inmunológica. No obstante, es posible que una
persona no sea alérgica a todos los alimentos que conforman un grupo, sino sólo a algunos de
ellos.
Debido a la inmadurez del aparato intestinal, los neonatos constituirían el
grupo más comprometido experimentando, por lo general, hipersensibilidad al huevo y las proteínas
de leche de vaca durante el primer año de vida.
En cuanto a la Argentina recientemente se llevó adelante la encuesta nacional
"Percepción de salud, conocimiento de las defensas naturales y prevalencia de enfermedades
alérgicas y patologías asociadas", realizada por el Centro de Estudios para la Opinión Pública.
Según el sondeo el 70 por ciento de los encuestados padecieron reacciones derivadas del consumo de
otros alimentos.
"Aproximadamente el 80 por ciento de los niños desarrollan alergia a la leche de
vaca durante el primer año de vida y muchos de ellos se curan, es decir que logran revertir el
cuadro espontáneamente", refirió el doctor Bózzola.
Algunos síntomas
Para poder abordar la alergia alimentaria en forma precoz es importante prestar
atención a los síntomas que aunque intermitentes y difíciles de clasificar suelen ser los vómitos,
la diarrea, la obstrucción nasal, el eczema, los cólicos y el llanto en los más chiquitos; y la
urticaria, la dermatitis atópica, el asma y la rinitis en los de mayor edad.
Hasta el momento la única forma de controlarlas consiste en la detección de la
sustancia en cuestión y la posterior eliminación del alimento de la dieta diaria.