Frenético. Así se visualiza su ritmo. En parte se lo adjudica al hecho de que mantiene el número de celular desde la década del '90, y el mismo mail, y que no puede dejar de contestar ni un llamado o mensaje, o decirle no a ninguna reunión. Pero jura que es lo suyo, que está contento porque gestiona y tiene un objetivo claro: que el Banco Nación vuelva a estar cerca del "vecino", como la escuela, la iglesia, la plaza.Enrique Vaquié -ex subsecretario, ex ministro, ex superministro y ex legislador nacional- lleva 5 meses en el cargo de vicepresidente de la entidad. Y si bien atiende en Buenos Aires, asegura que sigue viviendo y latiendo por Mendoza. "No me seduce la gran ciudad. Mis 3 hijas estudian acá, me crié acá. Tuve muchas oportunidades allá, pero Buenos Aires no es lo mío fuera de lo laboral", arrancó.-Además de los créditos hipotecarios que son un boom, ¿en qué otros productos está trabajando?-Los préstamos para viviendas son récord. En julio entregamos 1.651, cuando en igual mes de 2016 fueron 400 y en 2015, 200. En agosto llegamos a las 2.200 familias con la plata en la mano. Actualmente, buscando casa o esperando que se destraben los trámites hay 20 mil personas. Y se viene algo que es igual de bueno.-¿También para viviendas?-En 15 días largamos una línea para desarrolladores inmobiliarios que construirán edificios o barrios de clase media, con el esquema del Bancario o el Sanidad. Las firmas levantarán los complejos habitacionales y venderán las unidades a particulares, a los que nosotros también les otorgaremos financiamiento para esa compra. Es el mecanismo que se usaba hace 60 años y que fue un gran motor de la economía.-¿Mendoza está preparada para este esquema?-Sí. Hay 123 proyectos en estudio en el país. El día que lo habilitemos se concederán al menos 20, de los cuales 3 o 4 serán de la provincia. -¿Qué cambió para que ahora haya plata para prestar y los clientes quieran endeudarse?-La decisión política de volver a ser una entidad pública, que le sirve al ciudadano y que marca tendencia en el resto de la banca. En el 2008, el organismo empezó a funcionar como si fuera privado y hubo un gran divorcio con la comunidad. Hoy los gerentes tienen que verles la cara a los clientes, entender sus necesidades y escucharlos. Hemos mandado a los empleados a trabajar a mejor ritmo. De ahí que en nuestras góndolas, hay productos accesibles.-Como la famosa línea 700 o Carlos Pellegrini...-Ahí englobamos de todo. Desde créditos personales hasta pymes. Y son tentadores porque nos adecuamos al ciclo productivo del tomador. -¿Se amplía el período de gracia para la cancelación del capital?-Exactamente. Eso lo aprendí en Mendoza, que cuando otorgaban créditos para reconversión vitivinícola te daban sólo 12 meses. Hoy definimos que sean 40. Si tenés frutales, el plazo es de 48 meses; nogales, 60. Eso no existía antes.-Usted no para de mencionar a Mendoza. ¿Estamos teniendo una ventaja comparativa de que haya un coterráneo en el puesto?(ríe) -No ¡Yo viajo por todo el país! Pero hay una data que no sé si se ha contado: con el gobernador Cornejo acordamos una reestructuración de la deuda que tenía la Provincia con el banco, por más de $5.300 millones, bajando la tasa de interés y extendiendo los plazos.