José Duo es ingeniero, egresado de la UNCuyo y doctorado en el instituto Balseiro y un talento mendocino que hoy por hoy trabaja e investiga en el área de energía nuclear.

Un talento mendocino abocado al estudio e investigación de la energía nuclear

Por UNO
José Duo es ingeniero, egresado de la UNCuyo y doctorado en el instituto Balseiro y un talento mendocino que hoy por hoy trabaja e investiga en el área de energía nuclear. Su objetivo –y el de un equipo de ingenieros que cumplen funciones en IMPSA– es la creación y puesta en marcha de un ambicioso proyecto, iniciado por la Comisión Nacional de Energía Atómica: construir un reactor modular propio del país, que sirva para la generación de energía eléctrica. Puntualmente este equipo está abocado al recipiente de presión de la máquina.  

La iniciativa está aún en la fase de inicio, pero busca dar respuesta a este problema utilizando tecnología y capital humano nacional, lo cual es un gran avance para el país.

Duo no sólo compartió sus conocimientos en esta entrevista, sino que se animó a bajarlos a términos coloquiales, para volverlos accesibles y amenos.

 –¿Cuál es puntualmente su actividad?

–Trabajo para una empresa que está desarrollando parte de un proyecto de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Se trata de un reactor propio, de fabricación nacional,  que se fue postergando pero por suerte en estos últimos años se le ha dado continuidad y estamos en la etapa de desarrollo y construcción. Se han comprado algunas partes principales y ya se están colocando cimientos de los edificios no nucleares, y se están solicitando los permisos para levantar el edificio nuclear.

–¿Específicamente qué parte se está fabricando en Mendoza?

–Nosotros estamos en la parte de fabricación de lo que es el recipiente principal.

–¿Cómo se trabaja para esto?

–Trabajamos en equipo, somos seis ingenieros, cuatro proyectistas, y los administrativos y jefes. Tenemos que lograr llevar esa idea que tenía la CNEA a algo fabricable. La Argentina ya ha desarrollado varios reactores de investigación que se utilizan para la parte de enseñanza, investigación y de servicios, que es la que genera radioisótopos con los que incluso se puede tratar a pacientes con cáncer. Todas estas son las utilidades de un reactor de investigación. El proyecto emblema fue el reactor nuclear de Australia.

–¿Y cuál es el objetivo de esta etapa?

–Principalmente, atacar el problema de la generación eléctrica. Entonces la idea es que la Argentina tenga la capacidad de producir combustible con una generación eléctrica propia, porque nosotros les hemos comprado a los canadienses y alemanes máquinas que están funcionando en Atucha I y II y Embalse, y con eso alimentar las plantas que ya tienen.

–¿Qué incumbencia tiene Mendoza en la concreción de este proyecto?

–Se están construyendo algunos componentes para el reactor, pero la planta no funcionará en Mendoza, sino que se ubicará en Buenos Aires. Las partes que se fabriquen en la provincia luego se trasladarán para su ensamble.

–¿Cómo se conformó el equipo de trabajo para esta iniciativa?

–Se fue formando con ingenieros que estuvieron trabajando en otras áreas, en energía eólica, hidroeléctrica. En estos momentos trabajamos juntos en la colocación del recipiente de presión.

–¿Son los únicos ingenieros que trabajan actualmente en esto?

–La comisión tiene otros grupos de ingeniería que están armando otras partes del reactor. A nosotros nos toca hacer realidad una pequeña porción, el proyecto es más grande y ambicioso. Lo que se busca con esta máquina es medir ciertos parámetros y estudiar cómo es su funcionamiento para que en el futuro, se pueda construir una máquina de mayor tamaño. Esto apenas es un prototipo. Hay otras provincias involucradas en las que trabajan actualmente, además de Mendoza, como en Buenos Aires y Río Negro.

–¿De qué forma se ensamblará?

–En Zárate se está construyendo el edificio, en Mendoza el recipiente y algunas cañerías y se transporta a Buenos Aires. Allá se ensambla, y llegan otros equipos, partes de las turbinas, por ejemplo.

–¿Cómo ve al país posicionado en el mundo con respecto a este tipo de emprendimientos?

–En particular, con respecto a la fabricación de este tipo de reactores la Argentina está muy avanzada, porque la generación eléctrica nuclear no se ha desarrollado mucho en el mundo. Hay varios proyectos. Los coreanos tienen uno de hace varios años, los italianos y norteamericanos también hicieron avances. Todas estas empresas  han estado desarrollando equipos pero no los han llevado a producción. En este sentido nosotros estamos adelantados si se quiere en la puesta en funcionamiento de reactores modulares autopresurizados

–El desafío de esta entrevista es traducirlo a términos coloquiales…

(Se ríe) –La idea del reactor modular es que si uno hace una planta nuclear grande es capital intensivo no tiene que poner miles de millones de dólares para ver terminada la máquina. Al mismo tiempo, la red eléctrica tiene que ser capaz de absorber toda la energía que se genera, que es mucha.

–Es importante esto que explica porque es común pensar que en Argentina no se avanza mucho con respecto a la investigación y a la puesta en marcha de tecnología.

–Estamos muy avanzados y no se ha podido hacer más ni más rápido exclusivamente por un problema presupuestario. La Argentina por cómo está distribuida la población y sus necesidades ha incentivado la investigación y concreción de este tipo de iniciativas. No es un reactor de potencia grande. En China e India sí se están construyendo de mayor tamaño. Este es modular. Con la instalación de la red actual podría instalar una de estas máquinas y a medida que la necesidad de la población va creciendo, uno va agrandando la red, puede ir agregando módulos. No hace falta que se agreguen de golpe 1000MW en la red, sino que se pueden ir sumando de a 100 o 300MW.

–¿Qué importancia cree que tiene la investigación a nivel política de gobierno?

–Esto que se está construyendo es una inversión en investigación para mejorar la producción eléctrica en el país. Creemos que sí hay lugar desde lo económico para el desarrollo de tecnología aplicada. Cuando la Argentina decida construir una máquina mayor, y proveer de energía a zonas aisladas, se tendrá la capacidad de hacerlo. Tengo la sensación de que se está revirtiendo una tendencia que había en el pasado de que la investigación sólo estaba asociada al Estado y ahora se está moviendo más hacia el nivel empresarial.

–¿Es positivo que suceda esto?

–Que la gente que se está capacitando e investigando vuelque sus conocimientos a nivel empresarial y haya una retroalimentación es muy bueno para la sociedad. Que el sector empresarial exprese requerimientos o necesidades a los centros de investigación, y que éstos trasladen sus necesidades, por ejemplo de financiamiento, a los empresarios es positivo.

–¿Además de trabajar en el reactor de potencia qué otra actividad tiene con respecto a su carrera?

–En este momento estoy abocado a la construcción del reactor, pero he dado clases también, en escuelas y universidades.

–¿Cómo ve a los jóvenes que van a empezar a estudiar la  secundaria?

–Creo que están expectantes y ávidos por saber cómo se insertarán en el mundo laboral. Esto es complicado para ellos y creo que genera ansiedades. El desafío es que encuentren cómo canalizar esa ansiedad y así puedan encontrar las respuestas que buscan.