La dimisión de Romano era esperada desde hacía por lo menos dos años en el Ejecutivo, pero Celso Jaque finalizó su gestión sin novedades de la salida del juez que cobraba el sueldo más caro de la Justicia, debido a la incidencia salarial de la antigüedad. Pérez desde que asumió presionó para que se concretara la salida de Romano, aunque nunca lo aludió directamente.
"Es necesaria la reforma constitucional y política que contenga la revocatoria de mandatos porque muchos funcionarios de esos que cobran hoy arriba de 40.000 pesos de ingreso ya están en edad de provocar su retiro jubilatorio y no lo hacen", apuro Pérez desde el inicio de su mandato con la mira puesta en la Corte y más específicamente en la situación del juez Romano, el ministro del máximo tribunal que quedó más cerca del retiro luego de la renuncia de Aída Kemelmajer de Carlucci.
Jaque presionó la salida de Romano con la intención de que se fuera poco después de que Kemelmajer presentara la renuncia. La idea del ex gobernador y su operador político, Alejandro Cazabán, en su momento fue contar con dos vacantes al mismo tiempo en la Corte para negociar los reemplazos con la oposición.
Esa idea no se concretó porque Romano dilató la dimisión y Jaque optó por empujar a Mario Adaro, quien era su ministro de Gobierno, al máximo tribunal a pesar de no llegar a un acuerdo con la principal fuerza de oposición en el Senado, la UCR.
Según la notificación recibida este lunes por el Ejectivo, Romano será juez hasta el último día de julio, para pasar a retiro al día siguiente gozando de todos los beneficios jubilatorios. En la Casa de Gobierno se abre desde ahora la puja política por instalar al sucesor del supremo saliente.
El juez Romano comenzó los trámites de cara al retiro en 2010, luego de trabajar en la Justicia durante más de 50 años. Ingresó como auxiliar y fue escalando posiciones hasta asumir como ministro de la Suprema Corte en 1987.