Tras ocho años consecutivos en los que se decretaron que Mendoza se encontraba en "crisis hídrica" desde el Departamento General de Irrigación decidieron cambiar la estrategia ante un panorama que llegó para quedarse y emprendieron un "plan de sequía".
Sergio Marinelli aseguró a Conexión Agro de radio Nihuil que el objetivo es "trabajar en todas las situaciones para cuidar al máximo el recurso".
Ante un invierno con pocas nevadas, el funcionario anticipó que se espera un verano donde el agua será muy escasa. "No podemos estar de contingencia en contingencia. Hay que planificar a futuro", indicó el funcionario.