Homenaje. En el Día del Locutor, hablamos con profesionales de Grupo América sobre esta profesión intensa y apasionada.

Más allá de las voces

Por UNO

Puede que nunca los hayamos visto personalmente, que no conozcamos su aspecto, que no tengamos ni la menor idea de cómo lucen, y sin embargo, a través de sus inconfundibles voces nos acompañan día tras día en nuestra vida cotidiana.

A la mañana cuando despertamos, en nuestro camino al trabajo, mientras hacemos ejercicio, cuando buscamos relajarnos o en aquellas noches largas de insomnio sin fin, no importa el momento ni el lugar, los locutores siempre están. Y si bien como comunicadores tienen el trabajo de informarnos, su rol es mucho mayor, el de ser compañeros fieles de sus oyentes.

Es que a través de sus palabras, sus chistes, sus comentarios, sus risas y hasta sus silencios, estos desconocidos conocidos tienen el poder de alegrarnos, de emocionarnos, de sorprendernos y, como la realidad lo indica, muchas veces de transmitirnos las malas nuevas. Pero sea cual sea la situación lo importante es que siempre es desde el corazón, desde la pasión, y aún más, sin distancia alguna sino que poniéndose constantemente en el lugar del otro y viviendo cada instancia como si fuera la propia.

Por eso este martes, al igual que se viene realizando desde aquella icónica noche de 1943 en la que un grupo de cultores pionero de la radiofonía, se organizó y fundó en Buenos Aires la Sociedad Argentina de Locutores (SAL), celebramos el Día del Locutor Nacional.

Para ello Pablo Galera, Érika García y Anita Fernández, tres jóvenes locutores que brillan diariamente en las emisoras de Grupo América, nos invitan a conocer su faceta más íntima en el mundo de la locución.

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