La carta de Olga: Amigas, Amigos En este tal vez el momento más doloroso que he debido enfrentar a lo largo de mi vida.... noquiero dejar de hacer llegar mi agradecimiento a todos aquellos que movidos por el respeto y elamor que generaba mi esposo no dudaron en prestarme su total apoyo. En primer lugar a quienes desde hace tanto tiempo lucharon por mantenerlo vivo los doctoresJuan Antonio Mazzei y Sergio Perrone y el fisioterapeuta Ivan Guevara, a los que se sumó luego eldoctor Claudio Burgos y su equipo. No puedo olvidar a todo el personal del Hospital Italiano de Mendoza desde sus profesionalesmédicos hasta el personal de seguridad, pasando por enfermeros, anestesistas, y kinisiélogos. Y sería un acto de injusticia no mencionar a sus pares del Instituto Argentino delDiagnóstico donde todos sus integrantes lograron que Roberto se sintiera en su propia casa. Siempre en el plano médico deseo agradecer a OSDE su solidaria e inapreciable ayuda. Hanhecho más de lo esperado y de la manera más silenciosa lo cual es doblemente encomiable. Nunca nosdejaron solos. Ni con las internaciones, los medicamentos (muchos y costosos), y hasta lostraslados en aviones sanitarios. Nunca dejaré de recordar tan notable vocación de servicio. Retomando nuestra estadía en Mendoza mi especial gratitud al Comandante Mayor de GendarmeríaGustavo Daniel Oberti, y al Comandante Principal Hugo Ariel Confalonieri, atentos a todas losimprevistos tanto míos como de mi familia, y a esos dos caballeros que se ocuparon de mis trasladosy mi seguridad el Sargento Ayudante Feliciano Soto y el Suboficial Principal Jorge Díaz. Siemprelos llevaré en mi corazón. En cuanto al ámbito institucional agradezco la preocupación y la ayuda que en absolutaprivacidad nos brindaron la Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner, el Jefe deGabinete Dr. Aníbal Fernández (que todos los días llamaba personalmente para interesarse por lasalud de mi esposo y que resolvió no pocos problemas operativos). y al Gobernador de la Provinciade Buenos Aires Daniel Scioli por su interés constante fruto de su larga amistad con Roberto. A todos los sentimos auténtica y desinteresadamente a nuestradisposición. Al personal de la honorable Cámara de Diputados de La Nación incluidos autoridades,responsables de protocolo, prensa, servicios y seguridad que demostraron eficiencia,profesionalismo y dedicación. Al Luna Park que cuando estábamos decidiendo la sede de la despedida de inmediato tomaron todos los recaudos para la concreción del velatorio ofreciendo toda suestructura y su personal,. Al periodismo que fue el vínculo constante para hacer llegar a su gente de aquí y de mas allálos avances y retrocesos de su estado de salud, agradezco el respeto y la perseverancia con los quealgunos lo hicieron, pese a las excepciones que prefiero olvidar, aunque en algunos momentosocasionaron mucho daño. A los amigos, mi familia, el entorno profesional de mi esposo todo mi amor por la Infatigable solidaridad, amor y contención. Finalmente a toda esa gente que con tanto respeto y devoción nos acompañó sin desmayar en Mendoza, y a todos los que ya en Buenos Aires ofrecieron su silenciosohomenaje tanto en el Congreso como en el largo camino hacia el cementerio les hago llegar mireconocimiento porque seguramente desde donde esté Roberto estará feliz de haberlos tenido consigo.Fue un homenaje único verdaderamente nacido del amor que el cosechó y mereció recibir, Gracias, gracias, gracias.... ¡Que Dios los bendiga!, desde cualquier credo.