El intendente Daniel Orozco encabezó una recorrida en la que se encontró con un oscuro panorama. El hospedaje municipal ha sido prácticamente saqueado desde su cierre

Hay preocupación por el comercio ilegal y los robos en Puente del Inca

Por UNO
Los problemas con los que se encontró el nuevo intendente de Las Heras al asumir su gestión le rebalsan como agua hirviendo por todos lados. Empezó una recorrida por los distintos distritos del departamento para hacer diagnósticos de las diferentes realidades y situaciones, y en Puente del Inca tuvo la ingrata sorpresa de que la hostería municipal había sido prácticamente saqueada.

Raúl Villafañe, secretario de Gobierno de Las Heras, contó que el domingo pasado recorrieron los parajes de alta montaña para hablar con los vecinos y se encontraron con dos problemas principales: la distribución de quioscos sin ningún control y el robo a la hostería de Puente del Inca.

“Aparte de disfrutar de las bellezas naturales pudimos ver que hay 24 quioscos totalmente desordenados, no hay un código para que estén distribuidos, hay una suerte de desorden total que es absoluto, uno por ejemplo estaba sobre una playa de estacionamiento”, comentó el funcionario.

Villafañe, que recorrió la zona junto con el intendente Daniel Orozco, contó que hablaron con representantes de la unión vecinal de Puente del Inca y quieren que el orden y las ideas surjan en parte de ellos mismos. “Ellos aceptan que los quioscos no están bien estéticamente, quieren desarrollar su actividad comercial en mejores condiciones y están dispuestos a que les demos un orden y a ordenarse”, comentó.

Además del desorden y de la nula implementación de reglas comerciales en la zona, el equipo del Ejecutivo de Las Heras que recorrió la zona se encontró con que la hostería, propiedad de la Municipalidad, había sido casi saqueada.

“Eso nos mató, está cerrada desde el 2013, cuando explotó la caldera; tenía camas, cocina, ropa de blanco, hoy por hoy faltan todas esas cosas. Una medida urgente que tomó el intendente Orozco fue poner a una persona a cuidar el lugar porque el anterior sereno está enfermo y cuando se fue se produjeron los robos”, explicó.

Opinó que la hostería es muy bonita y que es una pena que lleve casi tres años de abandono y que hayan ido desapareciendo las cosas. “La gente nos manifestó la voluntad de querer recuperar la hostería, porque eso incentiva la actividad laboral del pueblo, tenemos que revisar todo para hacer un inventario porque nadie nos entregó nada”, comentó.

También realizarán un diagnóstico del daño que produjo la explosión de la caldera para determinar si se ha afectado el edificio y la habitabilidad del mismo. “A partir de eso tomaremos una decisión sobre qué hacer, hay que ser cautos e investigar; a mí me encantaría recuperar el lugar. Estuvimos agudizando el ingenio y los pobladores tienen muchas ganas de que los ayudemos; es una de las grandes tareas que tenemos por delante”, aportó Villafañe.