Comienza a regir la figura del Defensor del Docente. Se agravan las sanciones ante las ofensas y golpes a maestras y profesores, y se establece un nuevo sistema de denuncias

Entra en vigencia la ley que protegerá a los docentes de agresiones

Por UNO

Los reiterados casos de maestras o profesores agredidos con saña por sus alumnos o por familiares de estos son un fenómeno social que en Mendoza ha generado la creación del Defensor del Docente.La Cámara de Senadores aprobó la propuesta del Poder Ejecutivo de crear esa figura. Esto incluye, además, que se agravarán las sanciones correccionales para ofensas y golpes a docentes y que habrá un nuevo sistema de denuncias en escuelas en caso de detectar situaciones de violencia en contra de menores.La propuesta entrará en vigencia en la semana que se inicia.Casos gravesEn junio de 2015, Antonio Casas, director del colegio Nicolás Avellaneda, de Palmira, dijo: "Nunca pensé que podían pegarme con tanta saña y rencor". Estas palabras fueron expresadas luego de ser atacado a patadas y piñas por un alumno y familiares de este. El 22 de noviembre de 2014 la profesora Carla Mendoza recibió un latigazo en el rostro con cables de alta tensión cuando regresaba a su hogar en Maipú. La paliza fue propinada por la madre de un ex alumno que al parecer no había aprobado su materia. La víctima más tarde renunció a dar clases en el establecimiento porque tenía miedo.En julio de 2013, en la escuela Hipólito Yrigoyen, ubicada en la Cuarta Sección, las autoridades citaron a los padres tras la discusión de dos alumnos y uno de ellos agredió y amenazó a la directora. Estas tres historias se hicieron conocidas porque llegaron a la prensa, sin embargo no son las únicas que ocurrieron en los últimos años.Según los cálculos de la Dirección General de Escuelas (DGE), entre fines de 2015 y fines del año pasado se denunciaron cincuenta casos similares más, aunque aseguran que muchas situaciones de violencia no llegan a la instancia judicial ni traspasan el ámbito de los establecimientos educativos. Con los cambios esperan que ninguna agresión quede sin ser registrada y reprendida.Lo que se vieneEn adelante, quien ofenda a algún integrante del equipo educativo podrá recibir una pena de hasta 30 días de arresto y deberá pagar una multa de $3.000. La iniciativa no sólo establece la defensa de los maestros, sino también del personal no docente dentro del ámbito educativo y la asistencia legal gratuita, explicó Francisco Fernández, director de Asuntos Jurídicos de la DGE.El funcionario indicó que ahora los educadores podrán canalizar denuncias a través del defensor docente. Ya no tendrán que hacerlo a título personal. "Se incorpora en el estatuto la posibilidad de que los docentes sean asistidos y representados por un abogado cuando existieran causas judiciales producto de hechos de violencia provocados por familiares de un alumno", señaló Fernández."Esto es un hito muy importante en la Argentina porque se fija que ante una situación de violencia buscamos una protección para los docentes para que vayan a trabajar en condiciones de paz social. Entonces, ante una situación disruptiva provocada por el allegado de un alumno, el docente será asistido gratuitamente y asesorado", agregó.Lo que se propone es que sea el Defensor quién tenga la obligación de hacer la denuncia a la fiscalía. Así ni el profesor agredido ni el equipo directivo tendrán que trasladarse. Esta acción se hace para proteger al educador, ya que muchas veces vive en la misma zona que los padres agresores. También ayuda a no estigmatizar a los alumnos por los actos cometidos por sus padres. Con la nueva legislación se modifica el Código de Faltas y se equipara al docente con las máximas categorías provinciales, como el gobernador, un juez o un legislador. De este modo si se ofende o agrede a un maestro la sanción será con días de arresto y multas. Esto para el caso de faltas, ya que si se comete un delito, interviene la Justicia penal con las consecuencias fijadas en el Código.La situación social actual, teñida de violencia, conflicto y delincuencia irrumpe en los colegios y se manifiesta de diversas formas. Así lo explican pedagogos, directivos y docentes por igual: la escuela se transformó en un dique de contención de diversas problemáticas que atraviesan a la sociedad y que se presentan con mayor evidencia dentro del aula. Con esta ley también se busca preservar a los niños en las escuelas. "El nuevo sistema de denuncias otorga herramientas para aquellos casos en los que desde las instituciones educativas, los docentes adviertan que se puedan estar cometiendo vulneración de derechos de los alumnos", señalaron desde el Gobierno.