El dueño del automóvil sostuvo que el camionero estaba ebrio, que no se podía mantener en pie y que antes de retornar al camión intentó pelear. Quiso poner la denuncia en la comisaría 25 pero por burocracia decidió no ponerla.
Por Rosana [email protected]
Nadie que alguna vez haya pasado o conducido por la ruta 7 puede imaginar qué pudo pasarle al camionero brasileño que ayer condujo su pesado rodado más de 5 kilómetros de contramano por esa vía –tiene dos carriles separados por una zanja– y terminó chocando de frente contra un colectivo que venía de Córdoba, en San Martín. Ese hombre, que según algunos compañeros de trabajo ya había venido a Mendoza y por ende había recorrido la ruta de ingreso al menos un par de veces, generó ayer una de las mayores tragedias viales de la provincia. Allí murió él y provocó el fallecimiento de otras 16 personas, una de ellas una mujer embarazada y un colectivero de Santa Rosa,la mayoría incinerados en el micro. La colisión dejó además otros 14 heridos, entre ellos dos niños.
Anoche surgió el testimonio de un automovilista que se identificó como Sergio González y en comunicación con Canal 7 contó que cerca de las 14.50 él iba por calle Mitre y llegando a Bandera de los Andes en Guaymallén se encontró al camión de patente brasileña AKD 7999, que protagonizó el choque, que estaba detenido en medio de la calle. “Yo intenté pasarlo y el camión me encerró y me golpeó el auto. El camionero se bajó a pelear conmigo y no se podía mantener parado. Estaba alcoholizado”, aseguró el hombre que quiso poner la denuncia en la Comisaría 25 y no pudo porque allí en principio le pidieron sacar fotocopias de sus documentos y como había mucha gente le solicitaron que regresara más tarde.
A esto se suma el video de otro conductor que filmó al camionero cuando conducía su rodado con semirremolque a unos 130 kilómetros por hora y de contramano por la ruta 7.
“Cuando llegamos tanto el colectivo como el camión estaban ardiendo. Era una sola columna de humo y lo primero que atinamos fue a colaborar con los bomberos de Palmira, que no daban abasto. Había cuerpos incinerados por todos lados”, contó ayer, con el rostro ennegrecido por el humo, un bombero voluntario de Maipú al que la desazón se le notaba en la cara.
El cuadro entristecía a todo el que se acercara. El micro de la empresa Mercobús, en el que viajaban 30 personas entre pasajeros, azafatas y dos choferes, había quedado literalmente destrozado y de una de las ventanillas se asomaba el cuerpo carbonizado de una persona que no logró escapar de las llamas. Uno de los primeros rescatistas que llegaron al lugar aseguró que sería el cadáver de una mujer que alcanzó a lanzar a su hijo por la ventanilla antes de morir quemada.
A su alrededor había también otros cuerpos quemados; anoche la policía encontró otro cadáver que al parecer habría salido despedido del colectivo y quedó tapado por la carga de ajos que transportaba el camionero brasileño. También se confirmó que uno de los choferes del micro que murieron en el impacto era José Nievas, oriundo de La Dormida, en Santa Rosa. Con el de él fueron 15 los cuerpos que quedaron en el lugar.
A ellos se sumó luego una mujer embarazada que murió cuando era llevada en helicóptero al Hospital Central y otro lesionado que falleció en el hospital Perrupato.
