Un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la Argentina (CICCRA) arrojó que el consumo de carne vacuna retrocedió 7,7% en el primer semestre del año. Esa cifra, con algunos decimales menos, se replica en Mendoza, donde el kilogramo de bifes o asado alcanza los $130.
En Mendoza, el consumo de carne vacuna se produjo principalmente en determinados cortes, como los de asado o parrilla. Esto ocurrió por una causa fundamental: el otoño frío y lluvioso, volcó a los compradores a elegir comidas estacionales.
"Eso hizo que se acumulara mucha carne de asado en los frigoríficos y en las carnicerías, por lo que tuvimos que comprar cortes para milanesa y bife, para compensar. Se notó una baja", aseguró José Rizzo, integrante de la Cámara de Abastecedores de Mendoza.
Con respecto a la faena también hubo una baja, que no alcanza el 7,7% nacional, pero que se aproxima y, con respecto a la parte comercial, se sigue acentuando la tendencia de remplazar la carne vacuna por cerdo y pollo, que son considerablemente más baratos.
Esta diferencia es notable, ya que un kilo de costeletas o costillas de cerdo cuesta entre $75 y $85 y un kilo de paleta, pernil o asado, también de cerdo, ronda los $60 y $70. El pollo es aún más barato ya que se consigue entre los $30 y $33, mismo precio para el cuarto trasero.
En la carne vacuna el kilo de picada vale $60 o $65, mientras que un kilo de bife o de asado oscila entre $125 y $130, y la costilla con hueso, que tuvo una merma, entre $100 y $110.
"Los clientes dicen que la carne parece cara pero que a la hora de hacer una comida a la familia le conviene. Al lado de las verduras, los quesos o lácteos, es barata, porque no satisfacés las necesidades como con la carne. Es barato desde el punto de vista del rendimiento", continuó Rizzo.
Menos horas
Según Rizzo, en los frigoríficos mendocinos hubo una pequeña merma por el ingreso de carne de afuera, dada la necesidad de compensar el sobrestock de carne de asado.
Atendiendo esa problemática y, para no dejar personal en la calle, se tomó la decisión de disminuir las horas de faena.
"Si antes eran 5 días a la semana, ahora son tres o cuatro. En las carnicerías no hubo movimientos en cuanto al personal", continuó.
Esta situación se suma a la del resto de los comercios, que sufrieron el impacto de los aumentos en las tarifas. Los frigoríficos, que se manejan con luz eléctrica y gas tuvieron aumentos que se trasladaron al costo de faena y, por consecuencia, a los precios.
"Lo más probable es que se mantenga este consumo, porque no soporta más aumentos el cliente".
La suba del maíz produjo estancamiento
Otro motivo del estancamiento del consumo de carne es que se demoraron los engordes. Esto ocurrió porque el maíz, que durante años tuvo prohibida la libre exportación, se volcaba al mercado interno, con un valor cercano a $700 la tonelada. Pero al liberarse, el maíz subió a $2.800 la tonelada.
"Qué hizo el productor, no metió en feed lot, que la comida específica es de maíz y de núcleos donde se le compensan vitaminas y minerales, sino que lo mandó al campo, donde se la da más verde y algo de maíz, haciendo más lento el proceso de engorde", explicó Jorge Rizzo, integrante de la Cámara de Abastecedores de Mendoza.
La diferencia es grande, ya que en un feed lot en 90 días el animal está listo para ser faenado, mientras que cuando va a la pradera demora más. Eso hace que entre menos al mercado, suban los precios y bajen las compras.
-Consumo per cápita. También disminuyó considerablemente durante el primer semestre de 2016. Se ubicó en 55,3 kilogramos, el nivel más bajo de los últimos cinco años.
-Faena de hacienda vacuna. En junio se ubicó por debajo de las 950 mil cabezas por tercera vez en el año y, en términos interanuales,
-La caída llegó al 11,4%.La del mes pasado se ubica en el puesto 33 de los últimos 37 registros de junio.
"El año empezó con aumentos y se estancó el consumo. Ya son tres subas en 2016. El pollo y el cerdo no suben" (Alejandro Videla (41), propietario de una carnicería).
"Hay movimiento los fines de semana que se junta la familia. Las lluvias complicaron y la venta de carne se estancó" (Walter Maturano (46), encargado de Ramar Carnes).