El tercer juicio por jurados en Mendoza marcó un precedente a nivel nacional. Por primera vez, los doce integrantes del jurado no llegó a una decisión unánime y Claudia Jaquelina Cortez (49) quedó absuelta por el homicidio de su esposo, Carlos Ernesto Pelayes (48).

Luego de los alegatos finales, el jurado pasó a deliberar y demoró más de siete horas. Cuando se reanudó el debate, cerca de las 19.30, el juez técnico Aníbal Crivelli informó que no se había llegado a un acuerdo unánime, tal como exige la Ley.

Es por esto que ante el jurado estancado le consultó al fiscal Fernando Guzzo si deseaba sostener la acusación y realizar un nuevo juicio con un jurado distinto. El jefe de Homicidios se negó asegurando que "respeto la soberanía del pueblo" y que "es importante que el mensaje no es de impunidad, hay miembros que piensan que debe ser culpable y otros, no culpable".

Entonces el juez terminó absolviendo a Cortez y ordenó su inmediata libertad -se encontraba en prisión domiciliaria con permiso para trabajar-. Cabe destacar que la sentencia quedó firme y no se puede apelar por parte de la Fiscalía. 

El veredicto fue tal que, además de Cortez, algunas mujeres integrantes del jurado lloraron al momento de la absolución.

El hecho

El 28 de junio pasado, cerca de las 5, un llamado al 911 alertó que un hombre había sufrido un infarto en su domicilio ubicado en calle México al 2233, en el barrio Villa Jovita de Godoy Cruz. Personal médico acudió al lugar y constató que el hombre se encontraba sin vida aparentemente por una muerte natural.

Sin embargo, cuando personal de Policía Científica realizó las inspecciones de rigor en la escena del hecho constató que el cadáver presentaba una herida cortopunzante debajo de la clavícula.

El fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello, tomó intervención en su momento e imputó a Cortez. El magistrado sostiene que la mujer asesinó a su pareja y luego lavó el cadáver y la habitación para hacerlo pasar por un infarto.