Echagüe perdió con Boca el quinto partido de la serie por la Permanencia el domingo y descendió al TNA. Fue la crónica de una muerte anunciada. Porque era una de las grandes posibilidades desde el vamos, allá por setiembre, cuando se confirmó la adquisición de la plaza tras un arreglo con Lanús. Precisamente fue el equipo de Buenos Aires el que hace un poco más de 12 meses mandaba al descenso a Sionista luego de 10 años en la máxima categoría. En un año Paraná perdió dos plazas en la Liga Nacional. Si bien el descenso de Sionista motivó la compra de la plaza por parte de Echagüe, la realidad es que esta vez la ciudad no tendrá más básquet de Primera y tras este paso en falso, vaya a saber hasta cuándo.
El equipo de Calle Carbó fue un proyecto serio y ambicioso que ganó todo en el campo. Pero sufrió un desgaste, la gente de Paraná con preponderancia a la indiferencia le fue dando la espalda ante la falta de resultados y un dirigente capaz que es estuvo muy solo. A eso se le sumó el gran desembolso de dinero para una competencia que "no genera lo que vale" como dijo Benjamín Svetliza.
En una jugada oportuna Echagüe fue por ese lugar en las oficinas respaldado por haber jugado la final de Conferencia en TNA. Tomó el lugar con un presupuesto modesto y "a ver qué onda". Con medio equipo armado para jugar tuvo que buscar refuerzos en el extranjero para armar un equipo "competitivo". La apuesta fue audaz y valiente, pero repleta de improvisaciones en el camino. Echagüe conocía su realidad, pero expresaba otra cosa. Los tres partidos que ganó en el arranque no hicieron más que confundir al resto. Pasaron tres entrenadores, expusieron un patrimonio del club como Barsanti y el equipo dejó de jugar por algo a mitad de la temporada. ¿Cómo convencer a alguien de ver algo que está resuelto antes de empezar? Porque en el básquet es muy difícil, casi imposible que gane un partido el equipo que juegue peor. Y el resultado es muy elocuente: ganó 10 partidos y perdió 51. Y nunca lo hizo en condición de visitante. Y tampoco estuvo cerca. Porque más allá de haber ido a un quinto partido nunca dio señales reales de que estaba para quedarse. Ahora sí, la Liga en Paraná se despide luego de 11 años ininterrumpidos, una pena.