Nada más (ni nada menos) en el escenario que su talento, su voz, el teclado, las guitarras yel bajo, Aznar brindó un "recital íntimo", como lo llamó durante el espectáculo. Eligiendo uninstrumento para interpretar cada canción, sin su banda, el ex Serú Girán trajo originalidad alescenario presentando nuevas canciones, sin olvidar algunos clásicos como "A primera vista". Presentó también canciones de "Quebrado", su último disco, y desplegó su arte durante más deuna hora y media. "Claroscuro", "Lina de luto"y "Fugu" fueron algunas de las elegidas. Puntual, como siempre, el show comenzó a las 22.10. "Qué he sacado con quererte" fue para laapertura. Entre tema y tema no se privó de la interacción con el público, pidió palmas yacompañamientos en algunos momentos. El teatro, como suele ocurrir en sus presentaciones, guardabasilencio para disfrutar de un show impecable, auspiciado por
Radio Nihuil. Aznar tampoco dejó atrás del humor. En un momento mencionó entre risas su visita a la expo deShangai, recordando un susto que le dio su salud y refiriéndose con ironía al"desplazamiento de placas cerebrales" que difundieron varios medios cuando fue internado paraun chequeo tras sufrir un adormecimiento en un brazo y una pierna. También contó que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le pidió musicalizar poemas deJorge Luis Borges y aprovechó para dar algunos adelantos del proyecto. "Si no me lo pedían, no lohubiera hecho por mi cuenta ya que significa para mí un sentido de la responsabilidad gigante queme habría paralizado", confesó. Dos momentos emocionantes fueron cuando le brindó un pequeño homenaje a Mercedes Sosa(cantando zamba de la luna llena) y cuando tomó el bajo por primera vez esa noche. Más tarde, el teatro repleto le cantó el feliz cumpleaños, que agradeció emocionado. Simple, prolijo y humilde, Aznar expresó que estaba gustoso de volver a Mendoza: "Hace muchoque se los debía", aseguró. Después de tres bises, el teatro se puso de pie. Ya con las luces prendidas, Pedro sedespidió afectuosamente mientras algunos fans se acercaban al borde del escenario para pedirleautógrafos y gritarle un "bravo maestro".
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Aznar, íntimo en el Teatro Plaza.
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