Selva Florencia [email protected]
Entrevista. El cineasta local Matías Rojo se prepara para el estreno comercial de su filme Algunos días sin música
Entrevista. El cineasta local Matías Rojo se prepara para el estreno comercial de su filme Algunos días sin música
Selva Florencia [email protected]
El cineasta y sociólogo mendocino Matías Rojo cumplirá el jueves 27 de marzo el sueño de todo realizador: ver su ópera prima estrenada en un complejo de cine. La cinta se llama Algunos días sin música –fue su tesis de la Escuela de Cine– y se estrenará simultáneamente en Mendoza y Buenos Aires. Cinco años son los que, a grandes rasgos, le demoró al director de 33 años pasar del borrador del guión al día de estreno.
El logro de esta cinta, cuya productora fue Sofía Toro Pollicino, es que se realizó casi en su totalidad en Mendoza.
Estamos frente al segundo caso de los últimos tres años en que una película local llega a las salas comerciales. La primera fue Road July, de Gaspar Gómez, que a fines de 2011 superó las cinco semanas en la cartelera local y fue vista por varios miles de espectadores.
Sin embargo, para llegar a esta instancia, la de ver la película en una pantalla grande, hay que recorrer un largo camino.
El cine, ante todo, es paciencia y pasión. Para asegurar los costos de producción y de distribución, el tándem Toro-Rojo se asoció primero a una productora de Buenos Aires (Cinema 3), luego a una de Brasil (Cubo Filmes) y finalmente salió a buscar una distribuidora, que resultó ser Primer Plano.
Queda claro que el esfuerzo no es sólo el de conseguir actores, ubicar locaciones y contratar a los técnicos. Hacer una película es un proceso cuyo resultado final no puede ser “dejarla lista”, el proceso debe concluir cuando la historia haya sido difundida y vista por la mayor cantidad de espectadores posibles.
A días del estreno de Algunos días sin música, Escenario dialogó con Rojo sobre la titánica tarea de hacer su película y lo clave que resultó la capacitación y concurso que en 2008 hizo el IDITS junto con el INCAA. Allí, nacieron los destinos tanto de su filme, como de Road July.
–La historia surge cuando aún eras estudiante, ¿cómo pasás del guión a tener la película lista para el público?
–Adiós mundo cruel es mi tesis y justo en Mendoza, en 2008, se hace un concurso que se llama IDITS INCAA, en el cual participo en un taller y gano un concurso de proyectos. Ese certamen también lo gana Road July. Cuando nos presentamos con Sofía (Toro Pollicino), uno de los comités nos pidió que nos asociáramos con una productora de Buenos Aires, que es Cinema 3. Ahí fue que el proyecto creció y pudimos acceder a las líneas de crédito.
–Pero también salen a buscar una coproducción con Brasil...
–Claro, aparece en el tema Cubo Filmes. Al asociarnos a ellos tenemos mejoras a nivel técnico. Ellos nos dieron lentes para las cámaras, hicimos una parte del trabajo de posproducción allá y la dirección de sonido. Gracias a eso pudimos salir a rodar y terminar la película de forma casi idílica. La cámara que nos dieron era muy buena, porque era digital. Si no llegaba la asociación con ellos la película podría haber quedado a la deriva, porque en un lugar como Mendoza para hacer cine el problema mayor es el financiero. Nosotros necesitábamos cierta plata para rodar y ahí hubo aportes fundamentales: el de Cinema 3, Cubo Filmes y la Municipalidad de Godoy Cruz.
–El estreno llega ahora, pero ya la vio mucha gente en el Festival de Cine de Mar del Plata. ¿Qué aportó esa experiencia?
–Queríamos estrenarla en octubre pasado, esa fue la idea inicial, pero también es complicado llegar a las salas sin hacer un recorrido. Al surgir la chance de llevarla a Mar del Plata nos pareció ideal presentarla allí. Abrimos la competencia argentina del festival. Fue muy fuerte, no me di cuenta de lo que estaba pasando hasta estar ahí. La vieron muchos periodistas y le dio mucha visibilidad a la película.
–El trabajo final de esta enorme tarea era conseguir un distribuidor y que un complejo comercial le diera espacio, ¿cómo lo lograron?
–Hubo todo un trabajo de producción que se basó en dar con el distribuidor, que es Primer Plano, y ellos la llevan al cine. Se hace el estreno simultáneo en Mendoza y Buenos Aires. Esa posibilidad nos la da justamente entregarles la película a los distribuidores. Es cierto que el hecho de que un complejo como Cinemark y otros, que se irían sumando, se animen a estrenar esta película tiene que ver con los antecedentes previos, que a Road July le fuera tan bien en las salas.
–¿Sueñan con llevar la película hasta dónde?
–La apuesta es estrenar el 27 de marzo y que se vayan sumando más provincias, salas y complejos. En Mendoza, además, queremos llevarla a salas que forman parte del circuito independiente y que haya un boca en boca. Queremos que la vea la mayor cantidad de gente posible.
–Asociarse a otras productoras resultó clave en el caso de ustedes...
–Sí, totalmente. Pero es también muy importante que las dos películas (por Road July) hayan salido de un concurso que se hizo acá, porque pudieron hacerse y estrenarse. Eso habla a las claras de que si hay plan estratégico y tenés una buena política cultural y cinematográfica, se puede filmar y el cine llega a las pantallas.