La vida moderna atenta contra la vida saludable, ya que las obligaciones y el trabajo nos roban todo el tiempo que podríamos dedicarle a hacer ejercicio o a planear una dieta que impida que subamos de peso. Es por eso que han ganado popularidad estos ejercicios japoneses que prometen efectividad con poco esfuerzo.
Por lo general no es todo lo que dicen hacer, ya que también aseguran que mejora la postura, alivia los dolores de espalda y elimina los inconvenientes de la zona lumbar, además de permitir bajar de peso.
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El ejercicio japonés para reducir la grasa abdominal
En este caso te presentaremos un ejercicio inventado por el doctor Toshiki Fukutsudzi, que se hizo muy conocido porque además de los beneficios que tiene para la espalda, reduce notablemente la cintura.
Para hacer este ejercicio originario de Japón casi milagroso sólo necesitamos una toalla y una colchoneta o superficie blanda para poder recostarnos. Según explica el doctor, hacerlo permitirá reacomodar la grasa abdominal, y hacer que desaparezca casi como por arte de magia.
Una vez que tengamos la toalla, debemos enrollarla sobre la colchoneta, y colocarnos encima cuidando que el rollo quede bajo nuestra zona lumbar. Luego extenderemos los brazos y colocaremos los pies levemente hacia adentro, procurando que los pulgares se toquen.
Manteniendo el abdomen tensionado, aguantaremos esta postura durante cinco minutos, cuidando de respirar de manera relajada a través de la nariz.
Para conseguir buenos resultados, lo mejor es repetir este ejercicio durante al menos 10 días, e idealmente 15. Ahí ya comenzaremos a notar claros avances y pérdida de grasa.
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Paso a paso, cómo se hace el ejercicio japonés para perder grasa abdominal
- Forma un rollo de unos 10 cm de diámetro y 40 cm de largo con una toalla. Puedes usar una goma para evitar que se desenrolle.
- Busca una superficie cómoda y firme y acuéstate boca arriba.
- Pon el rollo de toalla justo en la zona lumbar, encima del sacro. Debe quedar alineado con tu ombligo.
- Extiende las piernas ligeramente separadas, con los talones a unos 20 cm de distancia. Es importante que los pies miren hacia adentro, con los talones separados y los dedos gordos de los pies tocándose.
- Estira los brazos por encima de la cabeza, manteniéndolos ligeramente separados y con las palmas de las manos hacia el suelo, de modo que los meñiques se toquen.
- Mantén esa postura durante 5 minutos




