El Registro Unico de Mascotas (RUM) que el Concejo aprobó en noviembre de 2009 y que obliga a
colocar microchips subcutáneos a todos los perros de “razas peligrosas” se pondrá en
marcha dentro de 60 días. Así lo confirmó a La Capital el secretario de Promoción Social
municipal, Raúl Capilla, quien precisó que se invertirán 40 mil pesos en la compra del software
necesario para armar la base de datos con los canes de gran porte. Las protectoras de animales
advirtieron que el sistema servirá hasta para encontrar a los dueños de animales perdidos.
A mediados de octubre próximo los dueños de perros denominados de
“razas peligrosas” podrán acudir al Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa) para
la colocación del microchip y la confección de la tarjeta identificatoria del animal. El trámite
será obligatorio y tendrá un costo de 35 pesos.
Con correa. La ordenanza 8.468 fue aprobada en noviembre del año pasado y
reglamentada días después por el Ejecutivo. Entre las imposiciones, se estableció que quienes
tengan perros de las razas Pitbull, Bull Terrier, Staffordshire, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila
Brasileño, Rosa Inu y Akita Inu deberán colocarles el collar y pasearlos con una correa corta.
Además, la norma obliga a colocar microchips y el perro debe portar una
identificación (que permitirá contar con un registro único de criadores). En cuanto al bozal, la
directora del Imusa, Diana Bonifacio, aclaró que “no es obligatorio, pero sí en los casos de
perros con antecedentes de haber atacado”.
Identificación. Todos estos canes deberán ser inscriptos en el RUM y podrán ser
identificación con los microchips subcutáneos que estarán cargados con todos los datos del animal
“En no más de 60 días, vamos a contar con el software necesario para la puesta en marcha de
la base de datos”, remarcó Capilla respecto de la información que estará concentrada en el
Imusa.
En este marco, el dueño de un perro potencialmente peligroso deberá
efectuar una declaración jurada con todas las características de su mascota, antecedentes de
ataques, certificados veterinarios y recibirán de las autoridades municipales un instructivo de
crianza y prevención de accidentes. Además, serán acreedores de una tarjeta identificatoria con sus
datos, los del perro y el código de microchip.
También deberán inscribirse con los mismos requisitos exigidos a los
particulares, quienes sean criadores o comercializadores de mascotas.
Multas. En el caso de infringir la ordenanza, los datos almacenados en el RUM irán
al Tribunal de Faltas desde donde se citará al infractor. Las multas oscilan entre 150 y 1.500
pesos y para el caso de los criadores o comercializadores que no tengan todos sus animales con la
identificación, las multas irán de 150 a 3.000 pesos.
Los fondos públicos serán destinados para montar la base de datos, pero también se estableció
la adquisición de 1.000 microchips para una primera etapa de colocación por parte de los agentes
municipales, a un costo de 35 pesos. También se podrán poner en los perros que sean llevados a
veterinarias o criaderos.
Bonifacio destacó la importancia de aplicar la ordenanza. “En
principio ya acordamos con el Colegio de Veterinarios y el Can Club, entre otros, para funcionar
coordinados en la conformación de la base de datos. Primero serán los perros peligrosos pero luego
habría que identificar con microchips a todos los perros de la ciudad”, destacó.
La norma establece que los hospitales y centros de salud deben comunicar
al Imusa los casos de lesiones provocadas por mordeduras para hacer un seguimiento. El Imusa será
el órgano receptor de denuncias.
“DNI canino”. Según Bonifacio, que los perros tengan microchips no
sólo será un elemento de defensa para quienes se topen con un animal sin correa y quieran denunciar
a su dueño, sino que traerá beneficios para los propios tenedores.
En esto coincidió Lilian Iglesias, de la protectora de animales
Sarmiento, quien se mostró de acuerdo por la aplicación de la norma. “Será más fácil
encontrar a los dueños de los perros perdidos”, acotó.
Por su parte, Bonifacio dijo que “quien encuentre un can
extraviado puede identificarlo con la tarjeta que se le dio a su dueño, que la puede portar el
animal en el collar o bien con un lector de microchip”.