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El religioso aseguraba a sus familiares que Santiago Laguía, quien estaba desaparecido, continuaba con vida y que podía percibir sus signos vitales. Ayer apareció muerto.

Rosario: el padre Ignacio recibe muchas críticas en las redes luego de la aparición de la última víctima fatal

Por UNO

El padre Ignacio Peries dijo que Santiago Laguía, el último desaparecido tras la la explosión en Rosario, seguía vivo. El cura no fue el único en afirmar la esperanzadora "visión". Otros testigos creyeron haberlo visto deambulando por la calle y hasta un rescatista dijo que lo había ayudado a salir del edificio.

Con estos datos, principalmente el aportado por el padre Ignacio, la mamá de Santiago, Claudia, fue este domingo a la parroquia Natividad del Señor para pedir por su hijo.

El padre Ignacio la llamó aparte, le regaló una medalla y le pidió que no perdiera la fe.

“Nos dijo que mi hijo está con vida, que él puede sentir los latidos de su corazón, que puede estar shockeado o mareado pero que lo busquemos y nos indicó que específicamente fuéramos a las zonas verdes de la ciudad”, explicó la madre de Santiago al diario La Capital, antes de buscar parques y plazas de la ciudad.

Para quien no lo sabe, el padre Ignacio es el sacerdote más conocido de Santa Fe. En su parroquia congrega a miles de creyentes de todo el país, entre los que no faltan enfermos que buscan sanaciones milagrosas, don que el religioso habría descubierto cuando tenía 12 o 14 años, según él mismo lo aseguró.

El padre Ignacio había manifestado en tres oportunidades que percibía los signos vitales de Santiago, que no entendía por qué no lo encontraban  y que veía verde, por eso había que buscarlo en espacios de recreación como plazas públicas o parques.

Finalmente Santiago Laguía apareció muerto. Fue la víctima número 21 de la explosión en Rosario que seguirá resonando durante mucho tiempo.

La situación provocó que en las redes sociales muchos despotricaran contra el scerdote sanador de visiones esperanzadoras que no hicieron más que crear falsas expectativas.

Fuente: La Capital