Cuando la yerba mate entra en el proceso de descomposición, aquel que debe realizar antes de entrar en contacto con los componentes de una planta, libera grandes cantidades de nitrógeno.
El nitrógeno es totalmente nocivo para las plantas, por lo que, si se realiza este proceso de descomposición en las mismas, puedes dañar considerablemente el ejemplar.
Además, surge otro problema más cuando se hace esto: al arrojar yerba sobre la tierra de las macetas o la del jardín, se forma una capa que impide que la humedad llegue a las raíces, lo que obstaculiza la absorción de agua.
Como si esto fuera poco, hay que decir que los restos de la yerba mate atraen a distintas plagas que pueden dañar parte de tu planta.
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Yerba mate en las plantas: para qué se cree que sirve y por qué no recomiendan esta práctica
Ya lo sabes, si quieres utilizar un buen abono casero para tus plantas, será mejor que esperes a que la yerba mate esté en un estado de descomposición total.
Como convertir la yerba en un abono para tus plantas
Ante todo lo explicado anteriormente, hay que decir que convertir la yerba en un abono casero es más fácil de lo que parece. Lo mejor es, para esa ya usada, destinar un rincón de tu patio en donde puedas destinar este y otros productos orgánicos como el café.
Es importante cortar todos los residuos orgánicos en trozos pequeños y colocarlos en el recipiente o el rincón del jardín. De vez en cuando, se debe mezclar todo el contenido.
Se sabe que el compost está listo cuando adquiere un color marrón o negruzco, un olor a bosque y una temperatura fría que indica que finalizó la descomposición microbiana. Este será el momento ideal para volcar la yerba mate sobre tus plantas.