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"Estamos trabajando al máximo de la capacidad. No damos abasto. Ni en la parte pública ni en la privada. Nuestra especialidad está muy poco valorada y lo peor es que de seguir así no van a egresar nuevas camadas de profesionales. Tampoco se cubren los cargos públicos", dijo alarmada la médica patóloga Paula Valdemoros, quien trabaja en las clínicas privadas, en su laboratorio y en el hospital Perrupato.
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Las residencias médicas en patología médica no son interesantes para los nuevos médicos, admitieron los especialistas que trabajan al borde del colapso.
Cristian Lozano
La profesional reconoció que el panorama es crítico y que hay demoras para la entrega de resultados. "Priorizamos la emergencia, priorizamos los estudios de los que depende una cirugía y dejamos para después lo que puede esperar. Pedimos disculpas, entendemos la ansiedad y lo que puede estar pasando la persona que necesita el informe pero hay análisis que requieren varios procedimientos y que deben ser exactos", destacó la profesional del Este que además es docente universitaria.
Valdemoros hizo un llamado a las autoridades del Ministerio de Salud de Mendoza y a nivel nacional. "Cuando sacaron el paquete de leyes y vimos que patología médica no estaba considerada dentro de las especialidades críticas, pedimos al ministerio que la agreguen y que sea interesante para el médico graduado. Obtuvimos respuestas del Gobierno de Mendoza y la agregaron, pero debe tenerse en cuenta que un recurso humano tan finito no puede ganar $700.000 al mes en la parte pública".
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Paula Valdemoros, médica patóloga con funciones en el privado, el hospital público y la docencia universitaria.
Clínica Santa Isabel de Hungría
Al ser una especialidad con poca oferta en el mercado y muy específica, los residentes formados optan por dejar el país y emigrar a Chile o a España.
Este año fue considerada como una especialidad crítica y un médico que realice su entrenamiento cobrará entre $800.000 y $1 millón, pero hay otras provincias que superan ampliamente este monto.
Las demoras y los bajos honorarios "atentan contra la calidad del trabajo"
"Los tiempos de espera de algunos laboratorios son obscenos. Un estudio por más complejo que sea no debe demorarse más de 15 días. Lo que vemos es que el cirujano o el propio especialista que manda las muestras, muchas veces pierde de vista esto. Hay casos de urgencia donde se pone en riesgo la vida de los pacientes y no admite demoras", aseguró la médica patóloga Romina Seeling, directora médica del laboratorio Certus.
La experta refirió que el equipo en el que trabaja sólo procesa estudios en forma particular y no están trabajando con obras sociales por la demora en la facturación y por el retraso de la actualización, respecto a la inflación.
"Tenemos un equipo que dedica muchas horas al día para ser preciso y que el diagnóstico sea oportuno. Esto es fundamental", destacó. Y opinó: "Las bajas prestaciones que pagan las obras sociales y otros financiadores y el retraso atentan contra la calidad del trabajo, por eso nuestro centro no las admite. Hay colegas que tienen que mantener un gran volumen para soportar los altos costos".
"Los insumos son dolarizados, la infraestructura es muy costosa al igual que muchos reactivos. Hay estudios que van desde los $11.000 pero hay otros que ascienden a $800.000 y buscamos la manera para que el paciente los pueda afrontar", comentó.
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Romina Seeling, médica patóloga dedicada a la función privada y una de las pocas que le queda a Mendoza.
Foto: Cristián Lozano / Diario UNO
La profesional aseguró que los grandes centros les envían muestras en forma tercerizada por la gran demanda que hay. "No hay una ley que determine cuántas muestras puede procesar un laboratorio. Eso depende de la ética médica y así es como se producen las demoras en un diagnóstico, porque no hay una regulación. Esto no es nuevo en Mendoza, no hay una promoción de la especialidad porque no es rentable".
En este punto, Valdemoros sumó que le plantearon al gobierno de Mendoza en varias reuniones a lo largo de los años, una iniciativa para crear un único laboratorio anatomopatológico, dependiente del Ministerio de Salud. Con esta idea se busca dar solución al problema de los reactivos, que algunos no se consiguen o aparatolgía muy sofisticada, que se traba en la Aduana por los problemas de la importación.
Este centro además formaría a los nuevos patólogos para anticiparse a lo que ya está sucediendo con un cuello de botella y atender la imposibilidad de dar respuesta a toda la demanda de la población de Mendoza.
"Hay una crisis en el recurso humano", aseguró el jefe del servicio de Patología del Hospital Central
El jefe del Servicio de Patología Médica del Hospital Central, Leandro Sarrió coincidió con sus colegas con las que comparte los mismos desafíos profesionales y la precariedad de trabajar con equipos diezmados porque emigran a otras provincias o se van del país.
Actualmente el Hospital Central cuenta con tres profesionales, los que analizan unas 1.500 muestras mensuales. El tiempo que transcurre entre la toma de muestras y la entrega de los resultados oscila en unos 20 días.
"La especialidad se elige muy poco y está sufriendo una crisis en recursos humanos. El ministerio ha tomado nota y está como esencial, pero hay una realidad económica y es muy dispar el reconocimiento que se les hace a los residentes. Me ha tocado ver cómo renuncian los aspirantes porque no les gustó la patología médica, o cómo los equipos se desarticulan porque los profesionales son tentados para irse al exterior", reconoció.
Actualmente el Central incorporó a dos becarias que están haciendo sus armas en esta disciplina con la posibilidad de que se queden y formen parte del servicio para acelerar el trabajo, que "hoy se ve un poco más aliviado", consideró el patólogo pero la responsabilidad sigue recayendo en los tres especialistas para un servicio de alta complejidad.
"Somos muy pocos en la mayoría de los hospitales. Hasta en el Notti donde es muy específico el trabajo que realizan", agregó.
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Los patólogos piden una mejor política de promoción de una especialidad crítica. Peligra su actividad.
Foto: Cristián Lozano / Diario UNO
Preocupa el posible cierre de laboratorios por el aumento de los costos del servicio
Ubaldo Martínez, otro reconocido médico patólogo de Mendoza, afirmó que desde hace un año trabaja a pérdida. El problema radica en la falta de actualización del arancel de las obras sociales por prestación y la inflación en los insumos médicos, como el salario del personal.
"Dedicamos muchas horas de trabajo para poder sostener los laboratorios y no cerrar. En mi caso tengo empleados de mucha antigüedad que me acompañan por años y no cierro porque es su fuente de ingresos", admitió el galeno.
"En estos momentos está especialidad no es rentable. Y la situación es muy crítica", sentenció.
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