9 de julio de 1816 mientras se firma la Independencia de Argentina
Imagen alusiva sobre el momento exacto en dónde se firmaba el acta de la Independencia. Los hombres llevaban un tipo de vestimenta que dice mucho sobre una sociedad y época histórica determinada.
La "moda" de principios del siglo XIX en el Río de la Plata era una mezcla entre la influencia europea, pues Argentina tenía la mirada puesta en aquel sector del mundo y las costumbres criollas.
Los hombres solían vestir con levitas oscuras, chalecos, camisas con cuellos altos, pantalones ajustados y botas de montar. Algunos complementaban con galeras o sombreros anchos, típicos de la época.
Las mujeres, por su parte, llevaban vestidos largos de telas pesadas como la seda o el algodón, muchas veces con corsé, encajes y mangas abombadas. El cabello recogido y los abanicos eran parte del atuendo elegante.
Como vestían las personas durante la Independencia de Argentina
Esta imagen muestra la vestimenta que se usaba en aquella época
La peineta y el poncho, además, representaban las dos clases sociales que caminaban por aquella época. El poncho era muy usado por las mujeres que no eran dirigentes ni pertenecían a la clase alta. Era un abrigo que consistía en un trozo rectangular de tela pesada y gruesa, en cuyo centro había un espacio para pasar la cabeza. La peineta, en cambio, era un adorno femenino sobre el moño de una mujer adinerada.
Luego de la firma del acta, los congresales fueron agasajados con un banquete típico de la época. Si bien la historia no muestra registros exactos, los historiadores coinciden en que incluyó platos tradicionales del norte argentino. Se sirvieron empanadas tucumanas, locro criollo, humita en chala, tamales y dulces caseros como empanadillas de dulce, mazamorra y pastelitos.
Las comidas típicas durante la Independencia de Argentina
Algunas de las comidas típicas de aquel día
Además, se brindó con chicha y vino patero. Tampoco faltó el mate, la misma infusión que consumimos hoy en día miles de argentinos.
Aquel día, era una ciudad pequeña pero muy activa. Sus calles de tierra, casas bajas y plazas centrales estaban llenas de vida. Pues la llegada de los congresales revolucionó la ciudad.
Otro aspecto interesante es que la Casa de Tucumán, donde se firmó la independencia, era una típica casona colonial, con paredes de adobe blanco, techos de tejas y un gran patio interno. Sin duda fue cuna de un fuerte espíritu patriótico, marcado por la sed de libertad.