Cuando se habla del reconocimiento de la independencia de Estados Unidos, a menudo se destacan países como España y Francia debido a su importante apoyo militar y financiero durante la Guerra de Independencia de este país.
Cuando se habla del reconocimiento de la independencia de Estados Unidos, a menudo se destacan países como España y Francia debido a su importante apoyo militar y financiero durante la Guerra de Independencia de este país.
Francia fue un aliado fundamental, sellando su compromiso con un tratado de alianza en 1778, mientras que España brindó recursos económicos y estratégicos, liderando campañas decisivas bajo la dirección de Bernardo de Gálvez. Sin embargo, el primer país en reconocer oficialmente la independencia estadounidense no fue ninguno de ellos.
Sin embargo, el primer país en reconocer oficialmente a Estados Unidos no fue europeo, sino Marruecos. En 1777, el sultán Mohammed III incluyó a los barcos estadounidenses en su lista de tratados comerciales, marcando así un temprano reconocimiento diplomático.
Este gesto fue clave porque abrió las puertas del comercio y la cooperación entre ambas naciones en un momento crucial, cuando Estados Unidos aún luchaba por su independencia. Además, este acto sentó las bases para una relación diplomática que ha perdurado por casi 250 años, basada en la amistad y el respeto mutuo.
Estados Unidos recuerda con orgullo que el Sultanato de Marruecos fue el primer país en reconocer su independencia, hace casi 250 años, en 1777. Para celebrar este aniversario en 2027, se está preparando una resolución en el Congreso que destaca la amistad histórica entre ambos países, desde la apertura de puertos marroquíes a los comerciantes estadounidenses durante la Guerra de Independencia, hasta la firma del Tratado de Paz y Amistad en 1787.
Además, hoy en día, Estados Unidos y Marruecos colaboran en seguridad, lucha contra el terrorismo y ejercicios militares conjuntos, y trabajan juntos en iniciativas para promover la estabilidad regional. La resolución también reconoce la convivencia religiosa en Marruecos y la contribución de las comunidades marroquíes en Estados Unidos.