En aquel momento, San Juan no era el desierto rocoso que es hoy, sino una llanura baja salpicada de lagunas que se formaban y evaporaban con los ritmos del clima.
En concreto, fueron tres las nuevas especies de aves que nunca antes habían sido descritas por los investigadores: la primera fue bautizada Hunucornishuayanen, la segunda fue denominada como Zqueheanashebe, y la tercera como Palaelodusharoldocontii.
Algo que llamó la atención de los científicos del CONICET fue la apariencia similar de estas aves prehistóricas con los ejemplares modernos. Las especies encontradas eran similares a los patos, cauquenes y flamencos, respectivamente.
Por supuesto, esta fauna no sobrevivió al paso del tiempo. Este descubrimiento completa piezas faltantes del pasado biológico argentino y permite entender cómo los cambios ambientales afectan a la biodiversidad.
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Milenario descubrimiento de desconocidas aves sorprende a paleontólogos en San Juan
Es válido rescatar la importancia del trabajo de los especialistas del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, la Fundación Félix de Azara y la Universidad Nacional de San Juan, para llegar a este descubrimiento.
El significado de los nombres de estas especies
A la hora de elegir los nombres de estas nuevas aves, los científicos del CONICET no dudaron en honrar la memoria y cultura de nuestro país. Hunucornishuayanen, por ejemplo, proviene de Hunuc, una deidad protectora de los animales en la cosmogonía Huarpe.
Zqueheanashebe fue denominado bajo este seudónimo en homenaje a Hebe de Bonafini, figura emblemática de la lucha por los derechos humanos en Argentina.
Por último, la otra de las aves de este descubrimiento es Palaelodusharoldocontii, cuya denominación es en honor al escritor Haroldo Conti, desaparecido durante la última dictadura cívico-militar.