Singapur está situada en el estrecho de Malaca, una de las rutas marítimas más importantes del planeta. Su territorio original ha aumentado considerablemente gracias a proyectos de relleno que le han ganado miles de hectáreas al océano, lo que le ha permitido construir infraestructuras modernas, áreas residenciales y parques industriales. Esta ciudad-estado destaca por su planificación urbana avanzada y su enfoque en la sostenibilidad, combinando la expansión territorial con el cuidado del medio ambiente.
Según The New York Times desde su independencia en 1965, Singapur ha aumentado su superficie en casi un 25% (de 224 a 277 millas cuadradas) a través de ambiciosos proyectos de recuperación de tierras. El objetivo para 2030 es alcanzar cerca de 300 millas cuadradas.
Singapur
La isla que es país y ciudad: controla el puerto más activo del mundo
La ciudad de Asia que se extiende sobre el océano
Para liberar superficie, el país construyó cavernas subterráneas a más de 30 metros bajo el mar, capaces de almacenar 126 millones de galones de petróleo. Este sistema permite aprovechar el subsuelo para infraestructura estratégica sin ocupar espacio en la superficie.
Singapur es hoy un ejemplo mundial de cómo una ciudad puede crecer y prosperar en un espacio limitado, utilizando la ingeniería para crear nueva tierra y desarrollar una metrópolis vibrante y sostenible. Además de su fortaleza económica, se ha consolidado como un centro cultural y tecnológico que atrae a millones de personas de todo el mundo.
Sus paisajes urbanos, su infraestructura verde, sus rascacielos y sus parques costeros conviven en una ciudad que demuestra que, con innovación y visión, es posible transformar el océano en tierra fértil para el desarrollo humano.
Ante los límites físicos del mar y el cambio climático, Singapur no solo recupera tierra, sino que también planea
- construcciones flotantes
- verticales y subterráneas: granjas verticales,
- fábricas de varios pisos,
- paneles solares en el mar
- ciudades sobre autopistas.