Quienes desean tener en el jardín un árbol frutal, lo primero que piensan es en cultivar un limonero. Si bien esta planta aporta múltiples beneficios y embellece el parque, existe una alternativa que está fascinando a expertos en jardinería por su resistencia, pero también por florecer en invierno y dar fruto en primavera.
Mientras que el limonero es un árbol de climas cálidos y subtropicales que sufre daños considerables con temperaturas por debajo de los 0°C, requiriendo protección contra las heladas, el níspero japonés es una especie perenne y robusta que puede tolerar mínimas de hasta -12°C. Esta característica lo hace mucho más adecuado para jardines y huertos en regiones con inviernos fríos.
Además, este árbol rústico tiene un ciclo biológico que es único entre los frutales. En concreto, el níspero japonés florece en pleno otoño-invierno. Este inusual proceso de floración se traduce en que sus frutos comienzan a desarrollarse durante el invierno y maduran en primavera, permitiendo una cosecha próspera entre octubre y noviembre.
A diferencia del limonero, el cual exige distintos cuidados de jardinería, el níspero japonés es fácil de mantener. Este árbol rústico tolera la sequía, aunque prefiere un riego constante, y se adapta a la mayoría de los suelos, siempre que tengan un buen drenaje.
Por otro lado, es necesario destacar las cualidades nutricionales que tiene el níspero para beneficiar a la salud:
- Aporta vitamina A (como betacaroteno), vitamina C, varias vitaminas del grupo B y minerales como potasio, calcio y zinc.
- El níspero es una fuente importante de fibra soluble (pectina).
- Contiene antioxidantes naturales como polifenoles, flavonoides y ácidos triterpénicos.
- Las hojas de este árbol rústico son útiles para infusiones con efectos digestivos, broncodilatadores y fortalecedores del sistema inmune.