Varios argentinos emigran cada año a otros países, y algunos de ellos utilizan sus redes sociales para relatar los motivos y revelar las experiencias que van viviendo durante esa inimaginable aventura.
Varios argentinos emigran cada año a otros países, y algunos de ellos utilizan sus redes sociales para relatar los motivos y revelar las experiencias que van viviendo durante esa inimaginable aventura.
Ignacio de Luca, tiene 28 años y es de Lanús. El joven intentó a través de TikTok contar lo que iba viviendo, pero sus videos se viralizaron luego de contar el drama que vivió al aterrizar en Miami.
El joven, al llegar a Miami, fue indagado por personal de migraciones, y tras momentos de tensión, fue alojado en una celda, fue deportado y lo multaron.
“La idea principal era ir a juntar dinero para poder sacar y pagar la ciudadanía italiana, pero no fue como esperaba el plan”, dijo Ignacio.
En sus videos, Ignacio comentó: “Ya había ido a Miami, estuve más de cinco meses. Antes de los seis meses volví, porque si me quedaba iba a estar ilegal. Volví por el fallecimiento de mi abuela y para acompañar a mi mamá que estaba sola”.
Ya de regreso a la Argentina, permaneció seis meses en Buenos Aires (tiempo que le recomendaron pasar antes de volver a Estados Unidos). Decidido a regresar a Miami, compró los vuelos por 500 dólares, hizo una reserva de hotel en Orlando y viajó.
“Cuando llegué a Miami pasé por la línea de Migraciones y me empezaron a hacer las preguntas clásicas: cuánto dinero traía, si era la primera vez que venía”, indicó el joven en su relato.
“Al hombre que me atendió, le comenté que había estado más de cinco meses. Él lo confirmó con el sistema y me preguntó si había trabajado en Estados Unidos. Dije que no. A lo que preguntó cómo había hecho para mantenerme todo ese tiempo sin trabajar”, agregó en diálogo con TN.
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Ignacio también contó que “me hicieron ingresar en una oficina en donde me atendió una mujer, que realizó las mismas preguntas que su compañero. Ella, al final, dijo que no me creía. Que mucha gente estaba viajando a Estados Unidos para quedarse”.
“Ellos estaban seguros de que antes había ido a trabajar. Yo no di el brazo a torcer y negaba todo. Allá trabajé en un local de ropa, en blanco, no es que estuve cinco meses de turismo. La visa estaba vigente y no permanecí ilegal”, aclaró de Luca.
Recordó que en medio de una situación complicada, “me pidieron el celular y las contraseñas para revisarlo. Prometieron que si no encontraban nada me iban a dejar pasar. En ese momento dos policías me acompañaron a buscar la valija. Cuando regresamos, la revisaron junto a mi otra valija de mano y mochila”.
Ignacio relató luego que “me palparon, midieron, pesaron y hasta cortaron los cordones de unas zapatillas y una campera. Me preguntaban si el celular era nuevo. Hasta incluso me preguntaron cuándo lo había comprado y respondí que justamente lo traía de mi viaje anterior. Lo que pasó es que vieron algo en mi celular. Se dieron cuenta de que estaba vacío”.
El joven, tras esa indagatoria, fue alojado en una celda y al rato le confirmaron que no habían encontrado nada en su celular. Pero le comunicaron que no lo iban a dejar pasar, dado que mucha gente estaba yendo a vivir a Estados Unidos de manera ilegal.
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Pasado el momento tenso, le permitieron realizar un llamado de dos minutos. Habló con su mamá, le explicó lo sucedido y la tranquilizó. “Cuando corté, volví a la celda y a las horas vino otro policía a decirme que mi vuelo a Buenos Aires estaba por salir. Ellos me acompañaron literalmente al avión. Incluso, le dieron el pasaporte al piloto, que me lo devolvió cuando aterrizamos en la Argentina”, contó el joven.
Después de una pesadilla vivida en su intento de volver a Miami, Ignacio se instaló nuevamente en Buenos Aires y consiguió trabajo en una concesionaria de autos. “Eso sí, antes de deportarme me aplicaron una multa: por cinco años no puedo volver a Estados Unidos”, dijo al final del diálogo.