Las abejas también encuentran irresistibles estas flores. Aunque estos insectos no perciben el color rojo como los colibríes, responden muy bien al amarillo, haciendo que la Alexander dorada resulte perfecta para atraer diversos polinizadores. La especie minera Andrena ziziae depende específicamente de esta planta para alimentarse.
Las flores pequeñas y planas facilitan el acceso al néctar para abejas de lengua corta, que encuentran dificultad en flores más grandes o tubulares. Esta característica convierte a la planta en un restaurante perfecto para distintos tipos de polinizadores, aumentando la biodiversidad de tu jardín.
Además de su atractivo para los polinizadores, esta planta nativa mantiene sus semillas durante el invierno, lo que atrae aves cantoras que buscan alimento en la temporada fría. De esta manera, tu jardín permanece activo durante todo el año.
Cómo cultivar Alexander dorada
Nativa del este de Norteamérica, esta flora silvestre prospera fácilmente en diversos paisajes. Crece naturalmente en bosques abiertos, praderas y áreas herbáceas bajas, prefiriendo suelos húmedos y bien drenados.
Como amante de la humedad, funciona perfectamente en jardines de lluvia, aunque resiste condiciones secas y calurosas una vez establecida. Las plantas jóvenes necesitan riego regular durante el primer año para desarrollar un sistema de raíces saludable.
La planta alcanza entre 30 y 60 centímetros de altura con una expansión similar, proporcionando flores amarillas alegres año tras año. Su larga temporada de floración comienza en primavera temprana, frecuentemente iluminando tu jardín hasta inicios del verano.
Cuidados básicos para la Alexander dorada
- Riego: regular durante el primer año; después tolera sequías moderadas
- Luz: prefiere sol pleno o parcial; acepta sombra bajo árboles
- Suelo: húmedo y bien drenado; ideal para jardines de lluvia
- Zonas: resistente en zonas USDA 3 a 8
- Mantenimiento: bajo; las semillas caídas producen nuevas plantas cada temporada
La Alexander dorada resulta ideal para jardines nativos y de polinizadores, pero sus aplicaciones van más allá. Utilízala para rellenar áreas vacías, crear bordes bajos o combinarla con otras plantas favoritas de los polinizadores como el asclepia, la monarda o el aster para crear plantaciones mixtas ricas en néctar que mantendrán a los colibríes visitando tu jardín constantemente.