Crimen

La estremecedora historia del "pueblo de los infieles": ciudad chica infierno grande

Este pueblo oculta un oscuro secreto y fue apodado con ese nombre por un crimen pasional. Te contamos su escalofriante historia

Ubicado en la provincia de Buenos Aires, Argentina, hay un pequeño pueblo que arrastra un apodo con una perturbadora historia: el “pueblo de los infieles”. Su nombre real es Dennehy, el mismo de la estación de trenes que dio origen al paraje rural que rodea la zona.

Detrás de su aparente tranquilidad se esconde un episodio que lo marcó para siempre. El crimen pasional de Ángel Palacios, un asesinato que sacó a la luz secreta, engaños y traiciones en el corazón de una comunidad pequeña.

El hecho ocurrió en la localidad rural de Marcelino Ugarte, vecina de Dennehy, y rápidamente se extendió oído por oído a todos los habitantes del pueblo.

La historia del pueblo cuyo crimen destapó una infidelidad

Pueblo Dennehy

A mediados del siglo pasado, este sitio del partido de 9 de julio fundado en 1883, llegó a tener unos 3.500 habitantes. Y aunque su época de gloria la vivió en 1974, cuando el Dennehy F.C. ganó el torneo de la liga local, ahora, de acuerdo al último censo, viven aproximadamente 76 personas.

La tranquilidad y el silencio de pueblo solo fue sacudida allá por 2005, cuando uno de los vecinos apareció con un tiro en la frente, en medio de la calle principal.

Según cuenta Canal 26, la noche del 9 de marzo, Ángel Enrique Palacios, de 36 años, resultó gravemente herido. Tres días más tarde falleció en circunstancias que rápidamente hicieron pensar en un crimen pasional.

Imagen que resumen el crimen que marcó la historia de este pueblo

El hecho sacudió a toda la comunidad rural, donde todos se conocen y cada historia corre de boca en boca. No se trató de un robo ni de un ajuste de cuentas, todo indicaba que estaba relacionado con asuntos del corazón.

Al hombre lo interceptaron mientras caminaba por una calle de tierra, a 50 metros de la estación, y lo obligaron a arrodillarse para matarlo. El primer sospechoso en la investigación fue Clemente Villegas, un vecino del lugar cuya esposa mantenía un romance secreto con la víctima.

La relación clandestina entre la mujer de Villegas y Palacios había sido motivo de comentarios entre algunos vecinos, pero nada se había confirmado hasta que el asesinato puso las cartas sobre la mesa.

Desde entonces, la zona comenzó a ser conocida, en forma irónica y popular, como “el pueblo de los infieles”. Apodo que con los años se volvió parte del folclore local.

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