Para la mayoría de los viajeros, las terminales ferroviarias son la puerta de entrada a un nuevo destino. Mientras que algunas se destacan por su funcionalidad, otras sobresalen por su historia o su arquitectura. A continuación, te mostramos una estación de tren de las joyas históricas y arquitectónicas de Francia.
Conoce una estación europea única. Imagen: Condé Nast Traveller
La Estación Gare de Metz-Ville no solo cumple con su función como terminal ferroviaria, sino que también deslumbra como una obra imponente digna de reyes. Se ubica en la ciudad de Metz, en la región de Lorena, al noreste de Francia.
La estación fue inaugurada en 1908 durante el periodo en que la zona estaba bajo dominio del Imperio Alemán. Su diseño fue encargado por el Guillermo II, el último emperador de Alemania y rey de Prusia, quien buscaba demostrar el poder imperial con una arquitectura imponente. Por esta razón, muchos la llaman un “palacio real”.
En enero de 1975 la estación de Metz fue declarada Monumento Histórico de Francia. Por consiguiente, se debe proteger el edificio, ya sea la fachada, vestíbulos, el antiguo restaurante y toda la decoración del interior.
Curiosidades de la estación de tren
Metz-Ville fue construida en estilo neorrománico renano, combinando piedra gris, techos a dos aguas, torres y detalles escultóricos que recuerdan a una catedral. Uno de sus elementos más destacados es la torre del reloj de 40 metros de altura.
Sin embargo, lo más curioso de toda la estación es que en su interior se encontraban los aposentos privados del propio Guillermo II. Este espacio, decorado con mármoles y vitrales, estaba destinado a su uso cuando visitaba la región.
En conclusión, lo que hoy es la estación de Metz-Ville no solo es un centro de transporte, sino también un símbolo de la historia franco-alemana y un referente arquitectónico del siglo XIX.
Para obtener más información sobre la estación de tren, puede ingresar en www.garesetconnexions.sncf, que es el sitio web oficial de la Sociedad Nacional Francesa de Ferrocarriles.