Los arqueólogos encontraron materiales de construcción romanos por todas partes: tejas cerámicas, baldosas para calefacción y fragmentos de yeso pintado. Todo apunta a que había una villa romana con extensiones, aunque todavía investigan para estar seguros.
Peter Busby, de Cotswold Archaeology, examinó las espadas después del hallazgo. Las llevaron a Portsmouth para hacerles rayos X y así entender mejor cómo las fabricaban los romanos. Una de las espadas tenía una técnica de forjado súper elaborada que costaba mucho dinero hacer en esa época.
También apareció un entierro de la Edad del Hierro con un brazalete de hierro y un cráneo de caballo enterrado cerca. Nadie sabe todavía si están relacionados, pero muestra que la gente de esa época tenía rituales funerarios complejos.
Cuando la casualidad hace historia
Ian Barnes, de Historic England, dijo que "esta excavación ofrece una ventana excepcional hacia siglos de actividad de asentamiento". El sitio muestra cómo las comunidades locales se adaptaron cuando llegaron los romanos, manteniendo algunas tradiciones pero adoptando nuevas formas de vida.
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El descubrimiento marca una época en la arqueología de Reino Unido.
Manning, el detector que hizo el descubrimiento original, todavía no puede creer lo que pasó. "Encontrar dos espadas de caballería en un lugar fue increíble, casi como si las estrellas se alinearan", cuenta.
El Museo Corinium en Cirencester va a exhibir las espadas desde el 2 de agosto. La gente va a poder ver de cerca estos objetos que estuvieron enterrados durante casi 2.000 años. Historic England está evaluando si protege el sitio como monumento histórico para que las futuras generaciones puedan estudiarlo.