Si comían el grano, la empresa que los romanos consultaban se consideraba favorable, pero si no lo tocaban, la empresa carecía del respaldo de los dioses. Según History Skills la práctica de usar aves para predecir el futuro se remonta a la fundación de Roma. Según la leyenda, Rómulo y Remo discutieron sobre dónde construir la ciudad de Roma, por lo que buscaron la voluntad de los dioses observando a las aves.
El imperio Romano, los pollos y la guerra
Según explica World History la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.), hubo varios presagios y eventos que se interpretaron como señales divinas. Uno de los más conocidos es el incidente de los pollos sagrados, donde el comandante romano Publio Claudio Pulcro, frustrado porque los pollos no comían antes de una batalla naval, los arrojó al mar, lo que fue considerado un mal augurio.
La observación de aves para la interpretación del futuro se extendió a varias culturas antiguas, pero el uso de pollos como “oráculos” es un ejemplo concreto de cómo la vida cotidiana y la espiritualidad se entrelazaban en la antigüedad. Aunque hoy pueda parecer extraño, esta forma de adivinación era parte esencial de la toma de decisiones en la antigua Grecia, mostrando cómo los humanos buscaron siempre señales en la naturaleza para guiar sus pasos.