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El gigantesco iceberg comenzó a desintegrarse.
El trozo más grande desprendido, denominado A23c, tiene 130 kilómetros cuadrados y deriva hacia el sur. Este "desgaste de bordes" redujo el A23a en 520 kilómetros cuadrados desde marzo. A este ritmo, pasarán meses o años hasta su desintegración completa.
La cercanía del iceberg con un hábitat natural resulta clave. Georgia del Sur alberga abundante vida silvestre, incluyendo focas, aves y más de dos millones de pingüinos.
Un vecino helado para los pingüinos
La presencia de este gigante helado cerca de la costa afecta a varias especies, particularmente a los pingüinos, que deben viajar kilómetros extra para rodear el obstáculo. El agua de deshielo también altera la temperatura y salinidad del entorno.
El impacto exacto del A23a en la fauna local aún es incierto. Los expertos indican que su distancia de la costa reduce efectos negativos. Algunos investigadores sugieren que el derretimiento podría beneficiar al ecosistema marino al liberar nutrientes.
No es la primera vez que Georgia del Sur enfrenta enormes icebergs. En 2020, el A68 quedó varado más cerca, generando preocupación por las colonias de pingüinos. A diferencia del A23a, se fragmentó rápidamente cuando corrientes del mar lo partieron por la mitad.