Arqueólogos de la Universidad de Manchester sacaron a la luz los restos de Imet en Tell al-Faraon, provincia de Sharqia. Este descubrimiento reveló una ciudad que dominó el delta del Nilo durante siglos y fue uno de los centros residenciales más importantes del Bajo Egipto.

La arqueología moderna permitió localizar estructuras que datan del siglo IV antes de Cristo. Edificios residenciales, graneros y refugios para animales aparecieron donde las imágenes satelitales detectaron concentraciones inusuales de ladrillos de barro. El Ministerio de Turismo y Antigüedades egipcio confirmó el descubrimiento en Facebook.

El descubrimiento que transformó las ruinas

Dr. Nikki Nielsen, directora de la misión, explicó que Imet fue "uno de los centros residenciales más prominentes del Bajo Egipto". La ciudad se distinguía por un enorme templo dedicado a la diosa Wadjet y su ubicación estratégica en las rutas comerciales del delta del Nilo. Durante las excavaciones, técnicas de teledetección guiaron a los arqueólogos hacia concentraciones densas de ladrillos de barro en ubicaciones específicas.

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El descubrimiento reveló un ciudad de muchísima importancia en la antigüedad.

El descubrimiento reveló un ciudad de muchísima importancia en la antigüedad.

Los edificios encontrados tienen cimientos extraordinariamente gruesos, diseñados para soportar el peso de estructuras de varios pisos. Dr. Mohamed Ismail Khaled, del Consejo Supremo de Antigüedades, describió estas construcciones como casas con forma de torre, un estilo arquitectónico característico del Bajo Egipto entre el Período Tardío y la conquista romana. "Estas casas, con múltiples pisos y cimientos inusualmente resistentes, fueron diseñadas para ser habitadas por un gran número de personas", declaró según fuentes oficiales.

Entre los objetos más llamativos aparece la parte superior de una estatua ushabti hecha de loza verde de alta calidad, tallada con precisión y datada en la Dinastía XXVI. También se encontró una estela de piedra que muestra al dios Horus parado sobre dos cocodrilos mientras sostiene serpientes, flanqueado por Bes, el dios enano protector del hogar.

En el área del templo, los arqueólogos desenterraron una gran plataforma de piedra caliza y los restos de dos columnas colosales hechas de ladrillos de barro, posiblemente cubiertas con yeso. Se cree que estos restos pertenecen a un edificio construido sobre la vía procesional que conectaba el recinto del templo del Período Tardío con el recinto del templo de Wadjet.

Un templo al centro de todo

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Los artefactos recuperados estuvieron ocultos durante miles de años.

Los artefactos recuperados estuvieron ocultos durante miles de años.

El templo de Wadjet fue reconstruido por Ramsés II entre 1279 y 1213 antes de Cristo, y posteriormente por el faraón Amasis II entre 570 y 526 antes de Cristo. Durante el Reino Nuevo, Imet funcionó como un enclave estratégico que mantuvo su importancia en períodos posteriores. La arqueología indicó que el templo fue reutilizado durante el reinado de Ramsés II y nuevamente en la era de Amasis II, atrayendo peregrinos y comerciantes.

La misión también desenterró un instrumento musical de bronce llamado sistro, decorado con cabezas de la diosa Hathor y fabricado durante el Período Tardío. Junto a estos hallazgos aparecieron otros edificios utilizados para fines de servicio, como almacenamiento de granos y alojamiento de animales. Edificios auxiliares para almacenamiento de granos y protección animal indican que Imet era un centro urbano activo cuya economía se basaba en la agricultura y el comercio del Nilo.

Dr. Hussein Abdel-Basir confirmó que "restaurar la importancia del delta en el curso de la civilización egipcia antigua confirma la necesidad de intensificar las excavaciones y estudios en estas áreas prometedoras". Las autoridades egipcias esperan que futuras misiones en Tell al-Faraon saquen a la luz más información sobre el sitio histórico, cuyas capas más tempranas podrían datar de épocas anteriores a las conocidas hasta ahora.